Aunque haya ganado con un sesenta y cinco por ciento de los votos, la victoria de José Antonio Carracao para encabezar la lista del PSOE para la Presidencia de la Ciudad Autónoma se puede considerar como una victoria amarga. Si hace un par de años, en un Congreso obtuvo el respaldo del ochenta por ciento de los militantes, ahora se ha reducido a un sesenta y cinco por ciento. Bueno sería que el líder de los socialistas ceutíes reflexionara, como se lo ha pedido el otro candidato, Justino Lara. Si con toda la fuerza del aparato del partido, si con el apoyo de la ejecutiva en pleno, si con toda la parafernalia a cuestas, resulta que ha tenido bastante menos votos que avales, algo pasa en el socialismo de nuestra ciudad. Desde este periódico venimos advirtiendo desde hace mucho tiempo que el PSOE no va por buen camino, que Carracao se ha juntado con un grupo de palmeros que le ríen las gracias y resulta que, de pronto, aparece un candidato de la nada, que se prepara en el menor tiempo posible, que no ha querido denunciar hechos que son denunciables durante el proceso electoral, que ha ido de cara y que no contaba nada más que con el respaldo de unos amigos y se lleva el treinta y cinco por ciento de los votos. Seguramente a Carracao se le subirá la victoria a la cabeza, nadie de su alrededor le dirá que no es el camino, que tiene que reflexionar, se ve subido en el caballo vencedor, pero de ahí a la cruda realidad nada más que hay un paso. Decir a estas alturas que se ha dado el primer paso para recuperar el gobierno municipal es o estar todavía bebiendo los efluvios de la amarga victoria que obtuvo en la jornada de ayer o que no se ha dado cuenta que su partido lleva bajo mínimo más de veinte años en nuestra ciudad y que su trabajo no ha sido suficiente para lograr un PSOE homogéneo y unido. Un treinta y cinco por ciento de la militancia le ha dado la espalda y en realidad sin una conjunción ni homogeneidad. Será el candidato del PSOE, pero que mire a sus espaldas, porque el partido está dividido.
Una receta sencilla, no hay nada que descubrir pero mucho aún que demostrar. Seamos serios.