Alí pone cara a la crisis y acusa al Gobierno de causar el descrédito

Sin mirar ni un solo papel, más suelto en el ‘cara a cara’ pero con cierta sensación de presentar un discurso preparado en no demasiado tiempo, el portavoz de Caballas, Mohamed Alí, mezcló varios asuntos con un único objetivo: cuestionar la gestión llevada a cabo por Vivas y su equipo de Gobierno.

Atacó, primero, con la seguridad ciudadana, advirtiéndole a quien debe encargarse de convocar las juntas de seguridad (esta función es potestad del presidente de la Ciudad) de que “la ciudadanía vive sobrecogida” por la ristra de sucesos que se están produciendo: ataques a las fuerzas de seguridad, a los Bomberos, quema de coches, robos en viviendas, comercios y colegios... y el siempre recurrente Príncipe. “Sus vecinos” le recordó Alí, “se echan a la pared cada vez que aparece un encapuchado con una pistola. Y todos los días pasan encapuchados y usted no dice nada de seguridad ciudadana”, denunció. Lo hacía mientras en la bancada popular había quien se sonreía sabedor de que esas competencias descansan en la Plaza de los Reyes, mientras otros mostraban más bien su indignación.
De la inseguridad, Alí pasó a la segunda clave de su discurso: la crisis. La idea que llevaba era buena, pero le faltó chispa para hacerla creíble. Listos fueron los de Caballas a la hora de pretender ponerle rostro a la crisis, sacando a la luz historias personales de Carmen, Pedro, Ikram, Mustafa o Hussein: caballas, parados y con historias distintas a sus espaldas. “Carmen ha terminado sus estudios de FP y no ha conseguido ningún empleo, como su amiga Ikram, licenciada en Psicología; las dos se plantean afiliarse al PP para tener alguna opción de trabajar o irse de Ceuta. Pedro tiene dos hijos, vive de la pensión de sus padres y lleva dos años en el INEM desde que cerró el comercio en el que trabajaba. Hussein, casado y con tres hijos, nunca ha tenido un empleo estable: ha malvivido con chapuzas y pasando mercancía por la frontera. Mustafa, de 20 años, vive en una barriada periférica, no tiene estudios, domina mal el castellano, no se le reconoce su lengua materna y se pregunta qué puede hacer para no convertirse en un delincuente... Esa es la Ceuta, no la de los números ni la de los planes de austeridad”, sentenció Alí tras dar a conocer los calvarios encarnados en estos casos concretos, que pueden ser aplicables a otras historias similares. La idea de Caballas era distinta, pero faltó que Alí creyera más en ella para conseguir así que el auditorio también lo hiciera.
Tras reclamar a Vivas que gobernara para los ciudadanos en vez de estar encerrado en “su mundo de números”, Alí denunció los dos “ejes del mal” a los que la Ciudad no ha atendido: el paro y la inseguridad. Ni habló de deuda, ni de números, ni de datos... sencillamente echó mano de términos: descrédito. Esa fue la palabra con la que el líder del principal partido en la oposición quiso definir la “mala  e irresponsable gestión” llevada a cabo por Vivas. Lo que ha ocasionado en la ciudadanía es precisamente que se pierda la creencia en su gestión. “No se ha demostrado que haya corrupción, pero sí una nefasta gestión y usted no ha depurado ninguna responsabilidad”, espetó Alí.
El portavoz de Caballas miró fijamente a Vivas para enumerarle proyectos de infausto recuerdo. Plan Aparca, “¿quién responde por esto?, ¿esto no genera descrédito?”, dijo; campus universitario, “estamos pagando modificados siendo algo ilegal”; limpieza, alumbrado, tratamiento de los MENA y falta de personal en Menores... y así hasta llegar al Tribunal de Cuentas y sus recomendaciones, la nula construcción de centros educativos, o las deudas contraídas.  Alí también denunció que suministros básicos como el agua o la luz siguen sin funcionar como debieran “pese a que cada año son más caros”. Su alusión a que de esto también tiene la culpa el PP provocó la risa irónica en la bancada popular.

Las claves

Ceuta “intervenida”
Alí lamentó que debido a la gestión política llevada, Ceuta se ha convertido en una “ciudad intervenida”, reclusa del plan de pago a proveedores.
Ni “un alto cargo más”
Alí aprovechó ayer para lanzarle un reto a Vivas: que dada la situación económica que hay se comprometa públicamente a no nombrar ni un alto cargo más. “Comprométase” porque eso “llega al ciudadano”, le instó sin éxito el portavoz.
Males endémicos
Falta de vivienda o de inversión fueron dibujados como males endémicos de un Gobierno que sigue arrastrando estas deficiencias.
El Príncipe
El portavoz de Caballas denunció que el Gobierno no ha apostado por esa barriada, que requiere de una acción integral  que no se ha acometido a pesar de la existencia de la famosa comisión que preside la consejera Yolanda Bel.