Es un dato preocupante. Creo que a todos debería causarnos cierta intranquilidad, seamos o no empresarios, porque de una u otra manera lo que ocurre en la frontera tiene consecuencias para todos. Para quienes viven económicamente de la misma, pero también para el resto, por sus consecuencias sociales, psicológicas, en las relaciones... Y de un tiempo a esta parte lo que sucede en esa parte de Ceuta no es normal. Ayer el concejal de Caballas, Juan Luis Aróstegui, apuntaba en el pleno un dato luego verificado por los propios comerciantes: se está empezando a sacar la mercancía de Ceuta a Algeciras para que, vía Málaga, se le dé traslado a Melilla, en donde existe más garantías de poder trasladarla, contando con mayor número de pasos y con mejor canalizaciones. Este asunto no afecta solo a quienes viven de las naves, sino a toda la ciudad porque, queramos o no, se trata de un trabajo que termina saliendo de nuestra ciudad y dejando atrás inyecciones económicas y de empleabilidad muertas. Las fuerzas vivas de la ciudad están implicadas en intentar buscar una solución, para la clase política lo que sucede en el entorno fronterizo es una auténtica pesadilla, pero por una u otra razón, nos vemos incapaces de sacar adelante unas soluciones para terminar con un monstruo de poderosas consecuencias, que son algo más que meros detalles.