El alga invasora de Japón se afianza en la bahía norte hasta el Desnarigado

• Septem Nostra y Museo del Mar alertan, en los resultados del estudio de Mapama, de la “envergadura” de su riesgo si avanza más

La Fundación Museo del Mar y la asociación Septem Nostra-Ecologistas en Acción de Ceuta presentaron ayer los resultados del estudio financiado por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama) sobre las algas invasoras detectadas en el litoral de Ceuta y área del Estrecho.

Cuatro son las especies de algas invasoras que los investigadores han registrado hasta el momento, la última de ellas, Rugulopterix okamurae, continúa su expansión “muy fuerte” y “peor” que en el verano pasado, cuando las masivas arribazones cubrieron las playas de la bahía norte de un desagradable manto marrón. Su más reciente aparición estuvo propiciada por el último temporal de levante.

Óscar Ocaña, director del Museo del Mar, informó de que este proyecto les ha permitido comprobar esta evolución en base a las mediciones submarinas. La investigación ha permitido ampliar el estudio a otros puntos del litoral con tres nuevas estaciones, que se suman a las cuatro existentes, en la zona del Desnarigado penetrando en la bahía norte. En dos de ellas, explicó el biólogo marino, esta planta ha colonizado y compite con el resto de especies. La buena noticia, destacó Ocaña, es que todavía no ha llegado a la tercera, que está cerca del Sarchal. Comparte su deseo de que no tenga impacto en la bahía sur con José Manuel Pérez Rivera, presidente de Septem Nostra. Por delante tienen otro semestre de monitoreo que permitirá determinar “si sigue progresando” o los “cambios que haya podido provocar en la bahía sur”.

Si este alga, cuyo origen está en el cultivo de ostras japonesas en Francia, se instala y crece antes que la autóctona Cystoseira, “podemos tener un problema ecológico de envergadura en el futuro porque cambiaría ya no solo el paisaje como ha ocurrido en la bahía norte, sino un sistema ecológico que hasta ahora ha permanecido estable”. La penetración “agresiva” de la invasora en el último ciclo anual ha provocado que las algas que antes dominaban los fondos “hayan quedado prácticamente desaparecidas o relegadas a su mínima expresión”.

Pero, ¿por qué ha cambiado ese paisaje de la noche a la mañana? Ocaña apuntó a la exposición informativa sobre las especies invasoras que se incorpora al patrimonio del Museo del Mar. “El cambio global, el exceso de tráfico marítimo en el Estrecho que trae larvas de todo tipo y la estabilidad térmica de la región de Alborán” son algunas de las condiciones que han favorecido el desarrollo de la R. okamurae.

A preguntas de los periodistas, Ocaña confió en que la Cystoseira “le haga sombra porque es muy alta y la frene –a la japonesa– para que no perdamos los magníficos bosques de la bahía sur”; además, consideró que la invasora “no compite bien por encima de los diez metros”.

Aparte de estas conclusiones científicas, Ocaña y Pérez Rivera expresaron su decepción porque la administración local “sigue dando la espalda a todo este proyecto” y los partidos “siguen en su electoralismo suicida en esa huida hacia adelante que no se sabe dónde va a llegar”. Los responsables del Museo del Mar y Septem Nostra lamentaron que no existe una “priorización” de los asuntos medioambientales, en España en general y en Ceuta en particular.

“Seguimos sin noticias del consejero de Medio Ambiente”, dijeron adaptando el título del libro de Eduardo Mendoza; “ni de la Consejería ni del Ayuntamiento. Esa es la pena”. Ambos esperan que su titular, Emilio Carreira, “cambie de opinión” porque, señalaron, “no cree conveniente saber nada sobre lo que se hace aquí sobre el alga”.

Los proteccionistas criticaron la visión del medio ambiente “anclada en otro tiempo y lugar porque el litoral ya no es solo una zona de ocio y chiringuito, que va más allá de la bandera azul, sino que es un patrimonio sumamente frágil”. La actitud de las autoridades ante estas algas invasoras, rechazaron, es la “provisión económica simplemente para su retirada, no hay ningún tipo de provisión para analizar, actuar y mantener una observación”. Una postura que denota, a su juicio, la “falta de concienciación” sobre la magnitud de esta cuestión.

El encaje de la arena de Caños de Meca en la Agenda XXI

Ocaña y Pérez Rivera continúan “escuchando propuestas inadecuadas” por la introducción de “ruido” en el medio marino y el litoral como la creación de arrecifes artificiales por parte del PSOE o la regeneración de las playas con arena de Caños de Meca por la Ciudad. “Cuando lleguen los temporales van a repartir ese material por todo el litoral y va a provocar una sedimentación creciente y, por tanto, impactos indeseables sobre los fondos marinos”, argumentaron. Los ecologistas apostaron por intentar acercarse a la Agenda XXI cuyas líneas de trabajo respecto al litoral son “respetuosas, de sostenibilidad y consenso; pero no se hace”.