La UCI estructural del Hospital Universitario se encuentra desde este lunes casi al 90% de su capacidad. El Ingesa ha reconocido que ya son 6 personas las que se encuentran ingresadas en la UCI estructural como positivos de COVID-19 cuando su capacidad es de 7 camas. Nada más que queda una libre para que esté al 100%.
Por supuesto, ello no significa que no haya camas de UCI disponibles, porque hace ya un tiempo, por parte de la Dirección Territorial del Ingesa, de acuerdo con lo dispuesto en el Plan de Contingencia del Hospital, se decidió que el espacio destinado a Reanimación, con 10 camas, se dejara exclusivamente para los enfermos no COVID, estando también ocupadas algunas de ellas por pacientes con otras enfermedades distintas al coronavirus.
En definitiva, se ha ampliado el espacio destinado a UCI, tanto estructural como coyuntural, a un total de 17 camas, diferenciando la zona destinada a COVID que es la correspondiente a la UCI de toda la vida y, luego, la utilizada para los enfermos no COVID.
¿Qué puede suceder cuando el número de pacientes COVID supere el de siete camas? No quedará más remedio que asumir el espacio de Reanimación también para enfermos COVID y los que no padezcan esta enfermedad, pero necesiten cuidados intensivos, serán llevados a la CMA (Cirugía Mayor Ambulatoria) o se establecerá también la utilización de los quirófanos.
El espacio de Reanimación, ahora destinado a los enfermos de UCI no COVID, es normalmente el espacio utilizado para los enfermos que salen de una cirugía y necesitan recuperarse de la anestesia. ¿Qué pasa con ellos ahora? Por un lado, cabe destacar que se ha reducido el número de intervenciones quirúrgicas casi hasta la mitad, pero aquellos que son intervenidos ya no van a Reanimación, sino que se les lleva a otro departamento que es el de Cirugía Mayor Ambulatorio (CMA), que se está compartiendo con los enfermos que son operados pero que no necesitan ser hospitalizados después de ser intervenidos y a las pocas horas se les da de alta y se van a su casa.
Fuentes sindicales consultadas por esta redacción aseguran que el problema está en que se ha casi triplicado el número de camas UCI en Ceuta, sumados los espacios destinados a enfermos de COVID y no COVID, pero que, sin embargo, el número de médicos intensivistas es el mismo.
La plantilla de intensivistas en el HUCE es de seis médicos. Dos de ellos no realizan sus funciones desde hace tiempo por distintas circunstancias, de los otros cuatro que quedan, uno de ellos se marchará de nuestra ciudad dentro de unas semanas porque tiene destino en un nuevo centro hospitalario. A pesar de las gestiones realizadas por el HUCE, a día de hoy, todavía no han podido cubrir vacantes aunque sea de interinos. Es decir, que la plantilla podría quedar reducida a un 50% en pocas semanas cuando el número de camas ha pasado de 7 a 17. Si es imposible la llegada de nuevos intensivistas a nuestra ciudad no quedaría más remedio, en caso de complicación, que los anestesistas se hicieran cargo también de los pacientes de UCI.
Esas mismas fuentes sindicales han expresado que aunque, básicamente, el espacio de Reanimación se ha convertido en una UCI provisional, la misma no reúne las mismas características que la tradicional. Por un lado, aunque cuenten con respiradores, hay una serie de distintos medios técnicos que se instalan en una UCI tradicional que no están en una provisional. Aparte de la propia separación de los enfermos, ya que mientras en la UCI tradicional se encuentran perfectamente panelados siendo unos BOX diferenciados, esas circunstancias no se dan en la zona de Reanimación.
Y si la situación en la UCI comienza a ser preocupante, se puede decir lo mismo o decirlo más alto en el servicio de Urgencias del Hospital Universitario. La zona de Observación de Urgencias, donde normalmente los enfermos son ingresados porque necesitan de una mayor vigilancia, pero que no están para ser ingresados en la UCI ni tampoco para ser llevados a planta, se ha convertido al 100% en una zona de atención de enfermos COVID.
¿Qué sucede, por tanto, con las personas que normalmente son ingresadas en Observación, pero que ahora no cuentan con este espacio? La decisión que se ha tomado por parte de la Dirección del Hospital Universitario es que las camas de Observación Pediátrica se han dividido para que en las mismas se ingresen a los enfermos no COVID que deben permanecer en este departamento de Observación y, justo al lado, los niños que necesitan de atención observatoria pediátrica.
Por tanto, el Hospital Universitario, ahora mismo, cuenta con tres zonas destinadas a enfermos COVID. Por un lado, la UCI tradicional que está casi al 90%, la zona de Observación de Urgencias donde solamente hay un paciente en estos momentos y, luego, once en planta en un ala perfectamente diferenciada del resto de los ingresados por otras enfermedades.
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