Son las nueve de la noche, el teléfono suena y tras él la voz del abogado que te dice que salió la sentencia del juicio de familia donde establece Custodia Compartida. La mujer, víctima de violencia de género, puso la denuncia cuando el padre retuvo a la menor. Según el juez, no hay indicios para determinar que la pequeña pueda no ser beneficiada de compartir el tiempo con ambos progenitores. Ella ha sido amenazada, intimidada, coaccionada, humillada y presionada. No entiende como puede la justicia otorgar la custodia compartida a la vez que dictaminar una condena por maltrato. Cuatro de la mañana, la mujer vuelve de la fiesta de la empresa y se encuentra la puerta de su casa cerrada. El marido no la deja entrar y le hace ir al día siguiente al trabajo, vestida de la misma manera en la que salió. Cuando vuelve al mediodía, le obliga a mantener relaciones sexuales. Estas son algunas de las historias que padecen miles de mujeres que sufren las consecuencias del machismo, mujeres atadas al patriarcado de tener que enfrentarse a unos hombres y a una sociedad que aún las juzgan por activistas, por feministas, por defender la igualdad, por independientes, por empoderarse y por buscar la libertad de ser de sí mismas y no de quien le acompaña o decide compartir la vida con ella. Mujeres envueltas en la rutina diaria de tener que estar en alerta de lo que vendrá, de lo que sucederá y a lo que se enfrentarán.
El pasado viernes se celebró el Día Internacional contra la Violencia de Género y pude estar en los actos celebrados por la Ciudad. Lejos de abrir un debate sobre la actuación en materia de mujer en Ceuta, me gustaría expresar mi descontento al concepto que el gobierno de Vivas asume a cómo tener que conmemorar dicho día, que no es más que la condena y el rechazo al maltrato, a la tortura, a la violencia, al acoso y a la explotación que reciben las mujeres por el simple hecho de serlo. Precisamente este es el lema premiado: “No te golpea por ser gorda o flaca; no te golpea por ser alta o baja; no te golpea por ser licenciada o analfabeta. Te golpea por ser mujer”. Espero que este reconocimiento al concepto de la propia Ley, haga no desvirtuarla cuando formen Gobierno a nivel Central.
La lucha por la Violencia de Género no tiene día en el calendario, en la agenda política y social, tiene que ser la prioridad para acabar con las desigualdades que sufren uno de los colectivos más vulnerables, las mujeres. Podría detallar una lista completa de las no actuaciones por parte de la Ciudad, de las cosas sin hacer, de las tareas a medias, de las que “estábamos en ello” que inundan el panorama y que lamentablemente padece la ciudadanía. Pero me voy a centrar, como he mencionado al principio, en el Día contra la violencia de Género y en las actividades organizadas, por ejemplo, por la Consejería de Sanidad, que lejos de hacer valer realmente el “Plan de Violencia de Género”, incluido en el Plan de Salud, como disminuir el número de casos de violencia de género, detectarlos precozmente desde el sistema sanitario o crear un registro de todos los casos de violencia de género, se ponen a invertir en un pasacalle que acompaña a la marcha de la condena, una marcha que debe estar de luto, una marcha que conmemora las 54 mujeres muertas a manos de sus parejas o exparejas en lo que va de año, una marcha que rechaza la crueldad diaria vista desde los ojos de la mujeres maltratadas y de quienes son capaces de empatizar desde las gafas de la igualdad. Mimos, mini carroza, papeles brillantes en forma de corazón, saltarines y siluetas en forma de mariposas, en memoria, espero, de las hermanas Mirabal, no es el escenario más idóneo de un 25 de noviembre y sí, en todo caso, de los próximos carnavales. Alegría si, como dice la canción, pero con proyectos, con programas, con escuelas, con incentivos, con inversiones. En definitiva, alegría con trabajo en políticas de igualdad. Sinceramente, no me imagino a las mujeres descritas al principio de mi nota identificadas con la canción. Mi apoyo a los actos, sí, mi apoyo a la condena y el rechazo, mi apoyo a la lectura del manifiesto, pero no puedo presentar mi apoyo a las formas que hacen perder el sentido de la acción. No es un día para estar alegre, han sido asesinadas 599 mujeres desde el 2003 y 95.000 están siendo amenazadas de muerte.