A diferencia de otros artesanos, en la familia de César Gómez-Höhr no hay antecedes de bordadores. No obstante, fue su vinculación con el mundo cofrade lo que le motivó a aprender este difícil oficio. Como gaditano de nacimiento, su primera inspiración fue la Virgen del Carmen y en el taller de unos amigos comenzó a hacer sus primeros trabajos con la aguja.
Aunque años después la vida le trajo hasta Ceuta, es en la provincia de Granada donde se curtió como artesano y donde tiene repartidos las mayoría de sus trabajos, no sólo como bordador, sino como formador de otras personas que quieren seguir sus pasos. Fue unos de esos cursos de formación lo que hizo que desde hace siete años se instalara en nuestra ciudad.
A partir de ahí los trabajos no pararon de surgirle, empezando por el manto de Nuestra Señora de África, para después convertirse en el bordador de referencia de muchas de las cofradías de Ceuta.
César se siente agradecido, ya que no es fácil llegar y que pongan toda la confianza de piezas tan valiosas en una persona que apenas conocen. Sin embargo, su trabajo le avala y por eso se ha ganado el respeto de las hermandades ceutíes. “Estoy agradecido a la ciudad porque desde que llegué se me ha acogido muy bien, siendo de fuera”.
Después de estrenar el año pasado el palio de la Hermandad de la Flagelación, en estos momentos está trabajando en el palio de la Pollinica, que el año que viene, con total seguridad, estrenará las bambalinas laterales con los bordados que tendrán la firma de César. Tras 20 años sin cambiar el palio, César ha tomado con especial carillo el encargo de esta cofradía de la que también es hermano. “Que confiaran en uno que acaba de llegar es muy de agradecer”, confiesa el bordador.
Su trabajo es constante y en ocasiones puede durar años, como le ha ocurrido en los últimos encargos. Pese a que es muy importante la distribución del tiempo, reconoce que las semanas previas a la entrega son estresantes y eso le impide vivir la Semana Santa como a él le gustaría.
Aunque en Ceuta es el único bordador a realce, cuenta como en los últimos años esta profesión está en auge, sobre todo en Andalucía, y las cofradías están apostando por estos nuevos artesanos.
Es una buena noticia, no sólo para él, sino para la Semana Santa en general, porque sin artesanos como César y sin hermandades que confíen en personas como él, este tipo de oficios tradicionales terminarían por desaparecer.