Hay quien piensa que las ratas se ahogan, que echarse al agua es una muerte segura. En la Marina de Ceuta las ratas no se ahogan. Se echan al agua en busca de comida, de trozos de pan que arrojan las personas, y luego escapan hacia las rocas.
Hay alguna incluso que durante unos momentos se sumerge y saca la cabeza. Nadan y nadan, cogen alimento y huyen.
Los roedores tienen la capacidad de nadar durante tres jornadas sin ahogarse. En la Marina, punto habitual de botellón, buscan los restos que quedan para alimentarse echándose al agua en busca de los trozos de pan que hay flotando.
Lo del Flautista de Hamelín y el cuento para dirigirlas al agua buscando que se ahogaran es eso, una fábula que no casa con la realidad de unos roedores que se buscan el alimento donde lo haya y precisamente estos puntos de concentración de personas dan pie a la generación de cuantiosos recursos de todo tipo.
Una detrás de otra se zambullen en el agua, se echan poco a poco, nadan y vuelven a salir. En este vídeo se ve la concentración de las ratas buscando en el agua la forma de mantenerse con vida.
Y así dejan escenas como la de este vídeo en una tarde de fin de semana normal con escenas al menos pintorescas.
Ya sabe, si se creyó el cuento del flautista que ahogaba a las ratas ya sabe que la historia, la real, no funciona de esta manera. Las ratas nadan, no se ahogan, se sumergen, salen y vuelven a entrar en un espacio marítimo al que parecen bien acostumbradas.
Entre cuantiosas noticias de desgracias y sucesos, también tienen cabida curiosidades como esta, hechos pintorescos desgracias zambullidas de ratas en busca del pan nuestro de cada día, esta vez en la Marina.
Lo que la ciudad debería hacer es desratizar la ciudad y sus costas. No se puede poner en peligro a la ciudadanía a los focos de pulgas, enfermedades y contagios que dichos animales causan.
Pues en mi barrio juegan por las calles y el otro día una muerta en medio de la carretera de hadu.ests ceuta llena por todos lados
De ratas y de politicos