La agresión de un perro potencialmente peligroso a una mujer y a uno de sus canes en Ceuta, archivada

Para Lola (nombre ficticio con el que pretende mantener su anonimato) el 25 de mayo de 2017 quedará marcado en su memoria como la fecha en que su vida cambió para siempre. Porque ese fatídico día tanto ella como uno de sus perros fueron brutalmente agredidos por un animal considerado Perro Potencialmente Peligroso o PPP, de raza American Bully, que paseaba solo por la zona en la que ella solía sacar a sus dos mascotas, ambos de raza pequeña.

A pesar de las graves heridas que Lola sufrió en su intento de salvar al animal del ensañamiento que estaba sufriendo por parte del PPP y el hecho de que su perro a punto estuvo de morir, el caso ha sido archivado y ahora esta mujer y su marido exigen justicia para que hechos como el que hace casi dos años les cambió la vida para siempre no vuelvan a ocurrir. “Al parecer el Juzgado no ve gravedad en los hechos y dice que es un delito leve”.

La comunicación de que el caso no llegaría a juicio les llegó hace unos días y Lola aún muestra su incertidumbre ante la decisión judicial de no intervenir en un caso tan grave que, además, se archivó en septiembre de 2018 y no les fue comunicado hasta el 25 de febrero de este año, lo que le ha llevado a presentar un recurso para conseguir que “ese perro no lo tengan esas personas porque no son responsables. Tienen una máquina de matar y, al igual que nos tocó a mi perro y a mí, lo mismo se puede ir para un niño. Esto puede pasarle a cualquiera”.

Lola aún siente miedo cuando recuerda los hechos. Como cada día salió a pasear a sus dos perros, un yorkshire y un fox terrier por las inmediaciones de la que entonces era su vivienda, en las Carmelitas. En un momento dado, sintió como por detrás se acercaba el perro de un vecino, un American Bully que se lanzó hacia el yorkshire y tras cogerlo entre sus mandíbulas comenzó a tirar del animal, arrastrando también a Lola y al otro perro que, afortunadamente, pudo huir cuando su dueña soltó la correa. No tuvo la misma suerte la otra mascota que siguió recibiendo el brutal ataque del PPP. “Intenté quitárselo y el perro me mordió en la mano y me dio un cabezazo que me hizo perder tres dientes. A mi perro lo destrozó y le sacó las tripas”.

Lola: "Iba sin bozal y sin el arnés que tienen que llevar estos animales para poder ser controlados"

El perro, denuncia Lola, “iba sin bozal y sin el arnés que tienen que llevar estos animales para poder ser controlados”. Solo la intervención de su propietario consiguió que el American Bully soltara a su presa. “Se puso a darle puñetazos en la cara y el perro de pie como luchando con él”.

El animal fue trasladado a la Perrera Municipal para pasar el periodo de cuarentena estipulado en este tipo de casos, durante el cual se constató que los propietarios carecían de la documentación obligatoria necesaria para poseer un Perro Potencialmente Peligroso, según se recoge en la denuncia policial presentada por la víctima. Sin licencia ni vacunas y ni siquiera el seguro obligatorio que se requiere para este tipo de animales, transcurrido el periodo de cuarentena fue devuelto a sus dueños. “Ahora es cuando han arreglado los papeles a pesar de que el perro ya ha atacado”, se lamenta Lola.

Lola: "Me entra pánico cuando veo a un perro grande que viene hacia mí. Y nunca he podido volver a sacar a mis perros"

Desde ese día, la vida de esta mujer y de su perro han cambiado para siempre. La mascota sufrió graves desgarros de los que tuvo que ser intervenido y que incluso le provocó la pérdida de un trozo de hígado y que le ha dejado algunas secuelas. “Se orina encima y vive asustado”, comenta su dueña.

Para Lola, a los dos meses de cura para recuperarse totalmente de las heridas de su mano, se suman los ataques de ansiedad que sufre cada vez que sale a la calle. “Me entra pánico cuando veo un perro grande que viene hacia mí. Y nunca he podido volver a sacar a mis perros”.

No es la primera vez que este perro muestra tal agresividad. Con anterioridad intentó atacar a estas dos mascotas cuando paseaban con el marido de Lola, aunque pudo evitarlo. Además, el matrimonio tiene serias sospechas de que este perro es el responsable de acabar con la vida de numerosos gatos de una colonia de las cercanías.