Otman aún tiene las cicatrices de la agresión de la que fue víctima el pasado domingo, 14 de julio. Tal y como relata, él estaba en la explanada cercana a la mezquita de Benítez, donde normalmente trabaja ayudando a las personas que van a la playa a estacionar sus vehículos. Es conocido en el lugar, ya que lleva meses ganándose la vida en la zona y así subsistir en Ceuta, ciudad a la que vino en 2007, como muchos otros inmigrantes marroquíes, buscando una vida mejor en nuestro país. “Prefiero trabajar o pedir, antes de robar”, cuenta a El Faro. Pese a que intenta llevar una vida tranquila como residente en el
CETI, el pasado domingo denuncia que un par de hombres, de nacionalidad argelina, le insultaron mientras estaba trabajando, para posteriormente agredirle mediante puñetazos y patadas que le provocaron erosiones e hinchazones en la cara, hematomas dolorosos, así como dolor en el costado, tal y como se extrae del parte médico adherido a la denuncia que, un día después, interpuso en el
Juzgado de Guardia contra ambos agresores. Fue la misma Policía Nacional la que le acompañó hasta el HUCE, donde llegó en un estado de ansiedad y nerviosismo.
Tras la visita de su pareja
Y es que los fantasmas de Otman, los que según él le hicieron tener que marcharse de su país, regresaron este domingo, ya que está convencido de que esta agresión se debió a su condición sexual. Cree que el pasado mes de junio, cuando vino a visitarle su pareja desde la Península, ambos argelinos le vieron besarse con él y por ello, el día de la agresión, empezaron a propinarle insultos del tipo “maricón”, para después golpearle. Ahora confiesa que tiene miedo de que esta agresión se vuelva a repetir y sobre todo que le perjudique, ya que él lleva más de un año residiendo en el CETI sin problemas. “Me llevo bien con todo el mundo, la gente me conoce como soy”, cuenta preocupado, pues teme que lo puedan expulsar del centro si se produjese un incidente en el interior. El juicio por estos hechos no se celebrará hasta octubre y tiene el temor de que sea demasiado tarde y vuelvan a agredirle.