El pasado 18 de enero empezamos la historia mas difícil que nos ha tocado vivir en nuestra familia. Todo comienza con un mareo en casa, mi madre venía con un deterioro en su estado de salud de meses atrás, pero cosas de la edad o del “cabezonerío” de no querer ir nunca al médico, hasta ese episodio no decidió acudir al S.U.A.P de Otero.
Llegado este momento, empieza una cadena de acontecimientos que se van produciendo y que paso a paso queremos ir agradeciendo. En primer lugar al equipo sanitario que ese día 18 de enero estaba de guardia su atención y decisión a la hora de realizarle pruebas a mi madre y posterior traslado al hospital hizo que podamos seguir contando esta historia en presente y no en pasado a la hora de referirnos a ella.
Una vez en el hospital, pasó por el triaje y momentos después al box de urgencias. En ese momento tuvo una atención excelente por todo el equipo sanitario que estaba esa noche de guardia, haciendo mención especial al Dr. Miralles, fueron innumerables las visitas recibidas y las atenciones por parte de dicho doctor a mi madre así como la decisión de seguir mandándole pruebas y su posterior hospitalización en la 1º planta del hospital habitación 112-1.
"Personal celadores/as cada vez que habéis trasladado a mi madre a alguna prueba con sumo cuidado siempre y una amabilidad extraordinaria"
Una vez allí la incertidumbre de qué podía pasar reinaba sobre nuestra familia pero en este momento seguimos con nuestro agradecimiento ya que desde ese día hasta su posterior alta todo el equipo médico que fue atendiéndola (Neumología, Cardiología, Medicina Interna y por ultimo Oncología) demostraron su tesón y ternura en cada parte en cada visita hacia ella y hacia nosotros su familia. Personal sanitario de enfermería en cada toma de sangre, constantes y demás atenciones habéis demostrado ser grandes profesionales y tratar a mi madre con una delicadeza digna de admirar.
Personal auxiliar de enfermería que en cada comida o cambio en el aseo habéis tratado a mi madre con cariño y dulzura tal que lo recuerda constantemente y os echa mucho de menos.
Personal celadores/as cada vez que habéis trasladado a mi madre a alguna prueba con sumo cuidado siempre y una amabilidad extraordinaria. Personal de limpieza cada vez que entrabais a la habitación radiantes de alegría muy contagiosa que hacía que cada día lo afrontáramos con otro punto de vista. Personal de transporte de personas en vehículos agradeceros la paciencia infinita dado el estado en el que se encontraba siempre son una sonrisa. Personal de seguridad por tener la amabilidad y paciencia en las visitas y los relevos.
No quiero olvidarme de la enorme solidaridad y cariño mostrado por nuestros acompañantes en especial a Rocío y su familia, habéis sido un apoyo fundamental en los duros momentos que nos han tocado vivir.
En definitiva, nuestro agradecimiento infinito por cada uno de los días que hemos estado en el hospital a los grandes profesionales que allí trabajan y que nos han atendido a veces como si fuésemos uno mas de la familia sanitaria.