Salimos desde Ceuta persiguiendo un sueño llamado “Ruta Gengis Khan”. Nos propusimos llegar a Mongolia por tierra a lomos de una moderna montura, un Mitsubishi Montero de AUBENSA CEUTA, que también sería nuestro hogar puesto que llevábamos una tienda-techo sobre él. A lo largo de la Ruta Gengis Khan fueron surgiendo nuevos desafíos y destinos no programados como Irak, la península Arábiga, Kaliningrado, la isla iraní de Qeshm... y era imposible resistirse a sus “cantos de sirena”.
A diferencia de Ulises, que se ató al mástil, nosotros sí que acudimos a esas seductoras tentaciones que iban apareciendo por el camino. Esos lugares efectivamente nos sedujeron, nos capturaron pero no fueron una trampa maléfica como en la Ilíada, fueron destinos de enriquecimiento personal porque la esencia del viaje es aprender, experimentar, superar dificultades, en definitiva vivir con intensidad cada momento, cada destino, cada encuentro personal. Y hoy, tras 12 meses de ruta, los esbeltos minaretes de las características mezquitas turcas nos van acompañando en este último tramo por Asia en nuestro camino de vuelta a casa. Al terminar Azerbaiyán podemos afirmar que únicamente nos queda regresar a Ceuta.
Estamos realmente lejos pero emprendemos una vuelta que realizaremos en nueve etapas. Abandonamos Azerbaiyán atravesando Georgia, Turquía, Grecia, Italia y finalmente España, han sido 6.600 Km. por tierra y 47 horas de navegación en tres ferris: de Igoumenitsa (Grecia) hasta Ancona (Italia), de Civitavecchia (Italia) hasta Barcelona (España) y finalmente desde Algeciras hasta Ceuta.
Llega el noveno día, una última navegación y... ¡llegamos a África! La bocana del puerto de Ceuta parece querer abrazar la nave que nos alberga y el monte Hacho perfilándose sobre el cielo de nuestra ciudad marca el final de la Ruta Gengis Khan. Imposible que no nos entre algo de nostalgia.
Han sido muchos los territorios explorados a bordo de nuestro indestructible e imparable Mitsubishi Montero: montañas de más de 4.600 metros de altitud, acampadas en parajes inusitados, estepas nevadas a 20ºC bajo cero, alcanzamos recónditos restos de la Ruta de la Seda, fortalezas perdidas, acogedores pueblos pesqueros, convivencia con los nómadas de Asia Central, hermosos y despiadados desiertos de descomunales dunas, navegaciones intensas para alcanzar islas insólitas... Lo que nació como un sueño se convirtió en una realidad repleta de apasionantes vivencias. Toda esta ruta se puede ver en detalle en Facebook en @RutaGengisKhan y en la página web www.ruta-imperios.com