La afluencia masiva de porteadores causa bloqueos fronterizos constantes

El lado marroquí de la frontera del Tarajal amaneció ayer cerrada a cal y canto como, al menos, el miércoles y el jueves de la semana pasada.

Desde antes de las 7.00 de la mañana, las personas se acumulaban en Bab Sebta para entrar en la ciudad autónoma. Porteadores, trabajadores transfronterizos y españoles que residen en el país vecino se contaban por centenares formando una muchedumbre que se encontraba con el paso bloqueado por las fuerzas de seguridad marroquí ante el riesgo de avalancha, según relataron algunos de los peatones.
La presión ejercida contra las verjas, en parte generada por los empujones de quienes pretendían avanzar hasta la cabecera del tumulto y la angustia de los atrapados que se esforzaban por zafarse del aplastamiento, logró que las autoridades marroquíes abrieran las puertas de forma intermitente autorizando el paso a pequeños grupos. Esta medida descongestionó, solo en parte, la aglomeración ya que las personas continuaban llegando a la frontera y el colapso volvía a reproducirse.
Entre las 8.00 y las 10.00 horas, Marruecos mantuvo el cerrojo echado hasta que las autoridades del reino alauí levantaron el bloque de manera discontinua, es decir, facilitaba la entrada a Ceuta cada 10, 15 ó 20 minutos, según el relato de los transeúntes que alcanzaban el lado español.
“Hoy la frontera está muy mal”, decían las mujeres a su paso por las dependencias policiales, visiblemente afectadas por la tensión que soportaron durante parte de la mañana y con el añadido de que guardan ayuno por Ramadán y se sienten más débiles.
¿Por qué crece la afluencia de personas que atraviesan la frontera a primera hora de la mañana? La primera clave ya la dio el delegado del Gobierno, Francisco Antonio González, al señalar que los empadronamientos de marroquíes en la provincia vecina han aumentado notablemente. Esta bolsa de marroquíes solo busca contar con la documentación que le permita portear entre ambos países. “Llegan a pagar cantidades muy elevadas por esa autorización”, comentaron algunas de las personas que abandonaban el recinto fronterizo.
A esta cantidad ingente de camalos se suman, desde que finalizó el curso académico, jóvenes que cargan bultos y así obtienen unos ingresos extra para el verano. No es el único colectivo que impulsa este repunte de porteadores. El cierre de las cafeterías por Ramadán –durante las horas de sol– ha desocupado a un número importante de camareros que también intenta trasladar mercancías durante las mañanas.
Una queja generalizada, especialmente formulada por los trabajadores transfronterizos, estriba en que todos los peatones, con contrato de trabajo o sin él, se mezclan sin distinción en el lado marroquí. “Cuando llegamos a la parte española, los agentes dan preferencia a las empleadas del hogar pero antes hemos tenido que superar una situación inhumana”, explicaban algunas mujeres empapadas en sudor, exhaustas e incluso magulladas. Poco antes de las 11.00 de la mañana, las emisoras de radiotaxi avisaban de que la parada de la frontera no daba abasto. Fue uno de los momentos de la mañana en el que se facilitó el paso a más personas, especialmente transfronterizas que trabajan el servicio doméstico, cuyos empleadores esperaban, y españoles que superaron el tapón formado en la frontera.
Los vehículos corrieron la misma suerte que los peatones y las retenciones llegaron a Castillejos a primera hora de la mañana, indicaron los pasajeros una vez en Ceuta, lo cual atribuyeron a que un mando estricto estaba de guardia. En cuanto a los coches empleados en el transporte de productos, todos fueron rechazados por las fuerzas de seguridad marroquíes y algunos que se internaron en el puesto fronterizo español, al comprobar que el turno era desfavorable, se dieron la vuelta.
Mohamed Ahmed, presidente de La Chimenea y portavoz de los polígonos del Tarajal, aseguró ayer que la interrupción del tránsito en la frontera afecta a sus negocios, “y a la economía local”, porque una parte de la clientela nunca llega a las naves. Una “pérdida de ingresos” que se suma, añadió este representante de los empresarios, “a los compradores ajenos a los bultos que se encuentran con que la Policía Nacional les impide pasar a zonas como la del muro del Biutz”.
Desde estas 14 naves afectadas por el aislamiento, exigen el reconocimiento de la libre circulación por todo el polígono y que se facilite el acceso a las personas que acuden a sus establecimientos a adquirir mercancías.

Un intento de avalancha en las naves del Tarajal deja un herido

Pasadas las 12.00 horas, una ambulancia del Servicio de Emergencias del 061 se personaba en la fila masculina de porteadores que discurre entre La Chimenea y Alborán. Un intento de avalancha en el carril paralelo al muro que conecta con el puente del Biutz –paso autorizado para bultos fuera del régimen de viajeros– acabó con un camalo herido por lesiones que no revistieron gravedad, según describieron los testigos. Al parecer, los porteadores fueron azuzados por algunos empresarios que les instaban a darse prisa con el objetivo de atravesar con el máximo de paquetes posible. “Si miras alrededor, hoy hay menos camalos que de costumbre y todo el mundo va a pasar”, comentó uno de los presentes. La Fase I y II registró menos afluencia que de costumbre y algunas calles de los polígonos superiores estaban desiertas o los porteadores dormitaban sobre cartones a las puertas de las naves cerradas. Mohamed Ahmed, presidente de La Chimenea y portavoz de la comunidad de propietarios y arrendatarios, lamentó que el Biutz adelantara ayer su clausura media hora, es decir, que los tornos pararon sobre las 12.30 en vez de a las 13.00 horas, aunque el empresario tampoco relacionó el intento de avalancha con el cierre prematuro del acceso.