La
afición del
Ceuta no ha podido disfrutar más este domingo en el Auditorio de la Marina después de que
el equipo caballa haya conseguido el ansiado ascenso a la 1ª Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Cientos de caballas se han agolpado en la Marina para vivir una tarde mágica y es que el equipo que preside Luhay Hamido ha conseguido dos ascensos consecutivos. El Ceuta ha apeado al
Unión Adarve y asciende a una liga donde hay rivales de envergaduras. Niños, mayores, hombres y mujeres todos unidos han llevado desde Ceuta en volandas a su equipo y a buen seguro que el
equipo ha notado el calor de la afición a pesar de estar jugando a cientos de kilómetros.
Un poco antes de las 18:00 horas, hora que daba comienzo el partido, empezaron a llegar aficionados al Auditorio de la Marina, donde la Federación de Fútbol de Ceuta había instalado una pantalla y se había encargado de la organización del evento para que todos los ceutíes pudieran ver el encuentro. Cánticos y ánimos de todo tipo, para que el equipo conseguirá algo grande. Todo se volvió loco cuando en el minuto 43, Guzmán de un zapatazo de fuera del área hacía el primero para el Ceuta. Ahí ya no importaba quién estaba al lado de quién, los abrazos y los gritos retumbaban con fuerzas en toda la ciudad. Tras comenzar la segunda parte, el guardameta caballa atajaba un penalti a los madrileños. Momento de éxtasis total.
El equipo se veía más cerca del ascenso. Ese momento llegó cuando minutos más tarde, apareció Pito Camacho. Un derechazo del goleador caballa hacía saltar a todo el auditorio. El ascenso estaba en la mano y ya era hora de festejarlo.
Muchos cánticos, mucha emoción, mucha alegría. Sentimientos de una ciudad que ha sufrido mucho en los últimos años con su equipo, que ha visto como llegaba a fases de ascenso y siempre se quedaba con la miel en los labios. Pero todo ha cambiado, en Jerez se consiguió el primer ascenso y un año después se consigue en Elda (Alicante) el segundo ascenso consecutivo. Ahora sí, el Ceuta está en la categoría que como mínimo merece. Ahora solo toca una cosa: disfrutar.