La Asociación Española de la Guardia Civil (
AEGC) ha denunciado que desde que se tomó la decisión de sustituir las
concertinas en los perímetros fronterizos de Ceuta y
Melilla se ha estado reclamando medidas de protección para los agentes, al considerar que “ahora están aún más expuestos ante las avalanchas que protagonizan los inmigrantes para intentar violentar nuestra frontera”, expone en una nota de prensa.
Aluden al caso registrado esta madrugada en la zona del barrio Chino en Melilla donde una docena de inmigrantes se “han empleado con extrema violencia alcanzando con un garfio en el mentón a uno de los guardias civiles que custodiaban la zona”. El agente, “al que deseamos una pronta recuperación, ha tenido que ser trasladado a Urgencias donde ha tenido que recibir diversos puntos de sutura. Afortunadamente el inmigrante no llegó a tocar ningún órgano vital del compañero pero aún siendo ignorantes en medicina todos sabemos que esta agresión pudo costarle la vida si en vez de ser el mentón es un poco más abajo, el cuello, donde se encuentra la yugular”, aclara la asociación.
Desde AEGC dicen no entender por qué el Ejecutivo retiró todas las concertinas del vallado fronterizo y no esperó a ir retirando este material al mismo tiempo que ponía el nuevo, el llamado peine invertido. “Con sus prisas ha dejado desprotegidos a los agentes que ahora además de hacer frente a las agresiones con piedras, ácido, orines que los inmigrantes les arrojan desde la valla también tienen que defenderse de las agresiones con los garfios que emplean para trepar por la valla”, explica.
“La agresividad que emplean los inmigrantes en sus asaltos”, como denuncia AEGC, “ha ido en aumento en los últimos años, dejando en cada asalto algún agente herido lo que implica no solo que se esté poniendo en riesgo la vida de los guardias sino que la plantilla se ve aún más mermada al causar baja para el servicio”.
Desde AEGC exigen que se amplíe urgentemente la plantilla con personal fijo y no itinerante, como está haciendo el Ministerio del Interior. “El problema con los asaltos no es esporádico y por tanto requiere una plantilla fuerte, bien equipada y reforzada, porque para los que están al otro lado intentando alcanzar su sueño de llegar a Europa la vida de los guardias civiles que están para repelerles no vale nada. Somos sólo el último muro y vienen dispuestos a derribarlo cueste lo que cueste, el Ministerio del Interior conoce el problema ahora solo le falta tener voluntad para solucionarlo porque al otro lado de la frontera hay más de 400 inmigrantes que tensionan cada noche la valla”.