Mientras la
Guardia Civil busca al conductor del coche que,
cargado con 664 kilos de hachís, fue abandonado en la
frontera del Tarajal tras superar los controles marroquíes el pasado 28 de enero, la Administración General de Aduanas de Marruecos ha procedido a la detención de hasta seis funcionarios de este Cuerpo por su presunta relación con este pase de
drogas. Fue, de hecho, el mayor que se recuerda interceptado en el Tarajal y nada más tener constancia del mismo se sospechó que el conductor tuvo que tener la suficiente ‘protección’ como para no ser interceptado en Bab Sebta, el lado marroquí de la frontera.
Los aduaneros estaban destinados en el control fronterizo: son cinco agentes y un inspector, cuyas identidades han sido conocidas por el diario Al Sabah. De los interrogatorios practicados y de la investigación de las cámaras de la frontera, se pudo comprobar la actitud de los funcionarios y el nulo control que se ejerció sobre un coche que estaba completamente forrado de droga y que, solo a simple vista, ya se apreciaba que había sido trastocado. De hecho el guardia civil que, ya en Ceuta, interceptó el coche lo detectó al momento sospechando que o bien ocultaba hachís o inmigrantes.
Cuando ese vehículo entró en nuestra ciudad, ninguno de los agentes que debían haberlo registrado lo hizo, por lo que se facilitó sin problemas la entrada cargado con más de 600 kilos valorados en un millón de euros. Las investigaciones no terminan aquí, ya que Marruecos quiere llegar hasta el final en los arrestos de quienes procedieron a la carga de la mercancía que pudieran estar detrás de otros intentos de pase de gran cantidad de narcóticos que sí han podido ser abortados.
Además de al conductor fugado, la Guardia Civil busca también a quien le ayudó en la escapada esa noche.