La barriada del Sardinero tuvo en los barracones un punto eterno de conflictos. En esta zona de Ceuta ha ocurrido de todo: reyertas, quemas provocadas, detenciones masivas, denuncias de abusos sexuales, consumo de drogas y alcohol... El derribo de la práctica totalidad de estas infraestructuras sirvió de alivio al vecindario pero la pesadilla no había terminado del todo, ya que quedó en pie un único barracón, justo frente al 'Mercadona'. Así ha sido hasta este lunes, último día de agosto y la jornada elegida para clavar la puntilla a esta infraestructura ordenándose su demolición. Primero se ha procedido a la limpieza ya que estaba lleno de basura y enseres de todo tipo, para luego retirar el techado y proceder a las labores de demolición completa.
Es el último adíós a un lugar en el que, en los últimos meses, se habían producido sucesos muy peligrosos. Y es que hace unos meses se le prendió fuego al lugar, habitado por inmigrantes, temiéndose que alguno pudiera haber quedado atrapado. Y es que en este punto seguían cobijándose menores y adultos, marroquíes o argelinos, viviendo entre moles de basura y restos de objetos que los reutilizaban como camas hasta hacer sus propias habitaciones. Aquí hubo fuegos provocados, pero también peleas que terminaban con el empleo de armas blancas. Era un punto negro para las fuerzas de seguridad. Se habían realizado redadas en su interior pero de nada servían ya que las expulsiones no se pueden llevar a cabo y, por tanto, los inmigrantes que debían ser retornados al vecino país quedaban en libertad.
Los vecinos del entorno de este barracón han pasado mucho y han denunciado más. Pedían que se derribara para así terminar con los problemas, pero no llegaba la orden de ejecución hasta este lunes, cuando por fin se puede hablar del final de una historia, de un ciclo, de toda una época. En la hemeroteca de El Faro de Ceuta hay recogidos cuantiosos reportajes contando de todo: los asentamientos de subsaharianos, de magrebíes, de menores, de asiáticos... Han sido cientos las historias recogidas en un punto abandonado que terminó transformándose en otro asentamiento más.
Tras las gestiones de Fomento se consiguió la demolición de parte de los barracones, pero no ha sido hasta ahora cuando se ha conseguido finalizar con todo, dejando la explanada vacía evitando más conflictos y, sobre todo, aportando algo de la tranquilidad perdida a los residentes de las viviendas próximas que han soportado de todo, testigos directos y paganos de una inacción que ha durado más de lo debido.
No creo que se haya terminado el problema, lo que ocurrirá será que dicho problema será trasladado a otro punto de la ciudad, como ocurre cuando se desmantela un punto de venta de drogas, mejor que no nos vendan humo.
Nunca se esta contento jajajaja si no se quita porque no se quita y si se quita porque se quitó......Vaya tela
¡¡¡¡¡¡ Por fin !!!!!!