Hace unos días falleció la popular y muy querida por los españoles, Carmen Sevilla, cuyo nombre de pila era María del Carmen García Galisteo, nacida en Sevilla. De ahí que adoptó el nombre artístico de Carmen Sevilla.
Desde muy joven destacó no solo por su belleza, sino también por su voz de una extraordinaria tonadillera. El arte le venía de su padre, un afamado compositor y letrista. Carmen desde muy joven destacó con su voz en muchas interpretaciones y más tarde fue cuando comenzó a destacar en el rodaje de varias películas junto a grandes intérpretes extranjeros de fama internacional, como Jorge Negrete. Llegó a tener varios pretendientes, entre ellos el célebre Cantinflas, el cual le regaló un vistoso anillo. Carmen se ganaba el cariño de la gente por su simpatía, su cercanía y por ese gesto que su cara desprendía con una sonrisa, por eso Carmen imitaba al famoso filósofo Aristóteles que decía: “Las personas que tienen buen carácter son las más dignas de ser queridas”.
Carmen siempre se mostró muy cercana y cariñosa con los soldados allá donde se encontrarse con ellos, en cualquier lugar y en cualquier acto, ella siempre estaba rodeada de sus soldaditos, como le gustaba llamarlos. Buena prueba de ello se dio en una ocasión en la que Carmen, muy devota de la Virgen del Pilar, se casó en la Basílica y una vez finalizada la ceremonia de su boda, el ya matrimonio paseó en coche descubierto por las calles de Zaragoza y, muchos años después, en 1957 cuando ella fue a actuar para las tropas en Ifni, en concreto para un grupo de soldados de la compañía de ametralladoras Belchite 57 de Zaragoza, uno de ellos, José Luis Aranda Gracia, al verla en Ifni le gritó: “Carmen, yo te vi el día de tu Boda en Zaragoza”, a lo que Carmen le correspondió con un cariñoso saludo. Esta era Carmen Sevilla y así se comportaba, derrochando simpatía y cariño, fuese quien fuese. Para ello es bueno recordar el proverbio que dice que una imagen vale más que mil palabras.
Debido a la devoción que Carmen mostraba a la Pilarica, apareció un día en la Basílica del Pilar a orar ante su imagen y, casualmente en el exterior se hallaba formada la Agrupación Aragón, los cuales se iban a despedir de la Pilarica y también a pedirle protección. Cuando aquellos soldados se dieron cuenta que allí estaba Carmen Sevilla, la rodearon y entre aplausos, besos y abrazos le cedieron el banderín de la agrupación Aragón para que fuese madrina de dichos soldados que partían a una misión internacional a Bosnia. De los ojos de Carmen se vieron brotar unas lágrimas de emoción entre aquellos soldados, hombres y mujeres que partían a dicha misión.
Así era Carmen Sevilla, simpática, entrañable y muy cercana con toda la gente que le rodeaba y así fue en Ifni que ella aceptó con cariño el nombramiento de madrina de la II Bandera de la Brigada Paracaidista.
En diciembre de 1957, el Ministerio del Ejercito organizó una gala artística con actores de renombre como Gila, Carmen Sevilla, Los Panchos, Elder Barber, entre otros, con Radio Juventud de Murcia para transmitir a los soldados por unas horas alegría. Fue en Ifni cuando, tras actuar ante las tropas paracaidistas del Ejército de Tierra, y en este caso la II Bandera, los paracaidistas le colocaron la ‘Boina Negra’ a Carmen Sevilla, siendo nombrada madrina de dicha Bandera. Cuentan testigos de esta efeméride que de los ojos de Carmen Sevilla brotaron unas lágrimas al ver sobre su cabeza la ‘Boina Negra’ junto con el cariño de los paracaidistas a su madrina.
Muchos años después, con motivo de la celebración del 50 Aniversario de la Guerra de Ifni en el Acuartelamiento de El Bruch en Barcelona, se llevó a cabo un brillante acto con más de 800 veteranos de Ifni de toda España de todas las armas que allí combatieron. A este evento fue invitada Carmen Sevilla, y cuando la vieron aparecer por el acuartelamiento, estos veteranos que se reunían 50 años después con su madrina se agolparon alrededor de ella y entre besos y abrazos formaron una marea humana. Carmen no pudo evitarlo y de sus ojos brotaron unas lágrimas.
El coronel de Protocolo se las veía y deseaba para llevar a Carmen a la tribuna, donde iban a celebrarse los actos, ya que algunos veteranos les iban parando y le decían: “¡mira Carmen como me pongo en esta foto rodeada de tus paracaidistas en diciembre de 1957 en Ifni”. En una imagen de dicho acto se ve a una mujer, esposa de algún veterano de Ifni, que la abraza y le dice: “Carmen, ¡te quiero un montón!”.
Hoy los veteranos de Ifni lloran la pérdida de esta gran mujer que en su corazón los tenía siempre presentes, porque Carmen era fiel espejo de la cita de este intelectual “muchas veces la grandeza consiste en saber ver las cosas pequeñas, precisamente aquellas que los imbéciles tienen por cosas sin importancia”, Giovanni Papini.
Muchos años después de la Campaña de Ifni en una revista un periodista le preguntaba a Carmen Sevilla que era lo que más recordaba de su vida artística, a lo que respondió: “fue en Ifni en diciembre de 1957, donde ante mis soldaditos lloré de alegría y emoción, algo que lo volvería a hacer tantas veces como hiciera falta”.
De Carmen Sevilla se la puede identificar con lo que un célebre escritor y sacerdote escribió: “si hay debajo de La Luna cosa que merezca ser estimada y preciada es la mujer buena”, Fray Luis de León.
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