Adiós a Antonio Cruces, el humilde empresario que fue Medalla de la Autonomía

Los mayores suelen decir que "se van los mejores". Quizás a modo de consuelo, pero siempre una gran verdad. Este miércoles, a sus 84 años, es el empresario Antonio Cruces el que nos deja. Un hombre incansable, hecho a sí mismo y que puso su granito de arena para levantar Ceuta y forjar un fuerte tejido empresarial.

Sin embargo, es la parte humana la que trasciende. Antonio, que nació en 1940 en el Patio Las Moras de la calle Serrano Orive, luchó toda su vida por los suyos.

Con 21 años, en la calle Coria, abrió su propia empresa de cristalería, Cristería Cruces, un referente en la ciudad. Una empresa histórica en Ceuta que ha perdido a uno de sus fundadores ya que su socio, su hermano, que le acompañaba en el proyecto, falleció por un accidente laboral. “Fue el trago más duro que tuve que pasar pero prefiero hablar de cosas alegres", recordaba en una entrevista con El Faro de Ceuta.

Un hombre sencillo, que se sentía "ceutí por encima de todo". Una defensa de todo lo caballa que le hizo merecedor de una de las máximas distinciones en Ceuta, la Medalla de la Autonomía en 2017. Antonio Cruces representaba en aquel entonces y ahora la figura de la lucha empresarial, la de un hombre que ha llevado el trabajo por bandera para sacar adelante sus proyectos.

“Hay quien dice que he tenido suerte”, recordó en su discurso, pero para tener esa suerte hay que poner su “granito de arena”. “Agradezco de corazón esta medalla", expuso emocionado ante los asistentes.

Antonio Cruces llegó a ser delegado nacional para Ceuta, Melilla, Canarias y Andalucía de la Unión Almacenista de vidrios y fabricantes de espejos, llevando el nombre de Ceuta por toda España, exportando a otros países y abriendo mercado en Marruecos.

Un trabajador inagotable, cabeza visible de un proyecto empresarial que continuarán sus descendientes, sus tres hijos Pedro, Jorge y Anselmo.

“Despertar y sentirme vivo ya me hace feliz”, reconocía con humildad. Incapaz de elegir un rincón de Ceuta porque “me gusta todo de ella”. Será ahí, en cada rincón de la ciudad que le vio nacer, donde permanecerá siempre.