Un sacerdote y una feligresa asistieron en la mañana de ayer al entierro del varón que fue encontrado muerto en el Sarchal. El nicho 192 de Santiago Apóstol le dio su descanso. El nicho 192 de la calle Santiago Apóstol acogió ayer los restos del varón cuyo cadáver fue encontrado el pasado lunes en la playa del Sarchal. Un sacerdote y una feligresa fueron los únicos que acudieron a dar el último adiós a quien se entierra como un desconocido. Varón y sin identificar. Esos son los términos con los que se ha cerrado una historia, la de un hombre, de entre 40 y 50 años, que bien podría ser un inmigrante o un pasajero de un barco.
Con esas dos hipótesis trabaja el Instituto Armado. Según la autopsia el fallecido llevaba en el agua entre uno y tres meses, y sobre este periodo se han denunciado varios casos de desaparecidos en el juzgado. Ahora la Policía Judicial trabaja en saber si hay correspondencia entre el cadáver y alguna de las denuncias presentadas. Las pruebas de ADN serán determinantes y en los próximos meses se casarán las historias para intentar aclarar una muerte, que, eso sí, estuvo exenta de violencia. El resultado de la autopsia ha sido claro: asfixia por inmersión. Lo que no queda claro es si se produjo al caer de alguna embarcación ocupada por inmigrantes o al precipitarse de algún barco, o se trata de alguien que falleció al caerse al mar desde el Sarchal. Llamaba la atención el buen tratamiento odontológico que se le había realizado en la boca lo que hizo pensar a los investigadores que no se tratara de un sin papeles.
Mientras siguen las pesquisas policiales, el camposanto guarda ya los restos de otro desconocido y ya son más de sesenta los hombres, mujeres y niños que han sido enterrados en alguno de sus nichos sin que se haya sabido su identidad. Son los resultados de esas historias que recibe Ceuta por ser puerta de entrada de una inmigración que se mueve por ciclos.
El otro cadáver encontrado en la Almadraba todavía no ha recibido sepultura ya que al tratarse de un magrebí cabría la posibilidad de conseguir su identificación antes de proceder a su entierro en Sidi Embarek.