Adán y Eva, la manzana y la crisis económica

No deja de sorprenderme cada día los desconocimientos que tenemos los Españoles sobre Economía tan es así, que no me cabe ninguna duda de que es un tema que debería incluirse en los planes de estudio de todos nuestros hijos desde que tienen, no más de 8 años, edad, a mi entender, suficiente para tener los primeros conocimientos de esta materia que influye en nuestras vidas tanto como las matemáticas o la lengua.
En discusiones varias con miembros de mi familia, sin conocimientos de economía, pero con muchos de la vida he podido detectar que existe un gran número de Españoles que dudan, incluso, de un concepto tan básico como es la “escasez de los bienes”. Hay muchísima gente que piensa que no es que los bienes sean escasos sino que están mal repartidos. Esta misma gente es la que ahora se asombra cuando ve que a los gobiernos Europeos no les está quedando más remedio que recortar sus presupuestos y por tanto reducir aquellos fondos que dedicaba hasta ahora, de forma irresponsable, a facilitarle la vida a sus conciudadanos y en algunos casos a malversar fondos públicos aunque para ello tuviera que presentar presupuestos deficitarios, sin que a ninguno nos pareciera deshonesto.
En la propia definición de economía se hace mención a los bienes como “Escasos”, efectivamente hay bienes que son más abundantes que otros, pero hay una premisa que no falla nunca y es aquella que dice que no existe ningún bien que puede satisfacer todas las necesidades de todos los humanos para siempre.
Una vez para explicar el concepto de economía, utilicé el origen de la vida explicado en la Biblia, ya saben, Adán y Eva y el paraíso terrenal, recordarán que vivían felices en el Paraíso, donde no les faltaba de nada, si querían algo simplemente lo cogían porque había de todo en cantidades infinitas, pero en un momento dado, cuando Eva arranca la manzana del árbol prohibido y Dios los expulsa del paraíso los condena a que tendrán que  conseguir los bienes con el sudor de su frente, es decir que los condena a que los bienes serán escasos y por tanto habrá que trabajar para buscarlos y para conseguirlos y se tendrán que organizar para distribuirlos, transformarlos y mejorarlos, osea desde ese momento empezó a utilizarse la economía para poder subsistir.
Independientemente de esta metáfora utilizada para explicar que los bienes son escasos y que la economía se dedica a estudiar como podemos obtenerlos, transformarlos y distribuirlos para beneficio de toda la humanidad, hay hoy día en el siglo XXI quién aún duda de la escasez de los bienes y esto hace que muchos Españoles consideren que muchas de las cosas que han venido recibiendo de forma “Gratuita” eran derechos de todos los hombres y que nada ni nadie podía quitárselos. Mucha gente no se plantea cuanto cuesta nuestra sanidad pública y universal, simplemente está convencido que es un derecho que él tiene por el mero hecho de ser humano y se financiará porque el estado tiene dinero para eso, sin plantearse de donde se financia el estado y hasta donde llega lo que se puede ingresar proveniente de los impuestos que pagamos.
Por muy bien que distribuyamos nuestros bienes, por bien que nos organizemos, por mucho que nuestras empresas produzcan y funcionen, tienen un límite y nuestros políticos deben saber que no podemos ingresar mediante impuestos hasta el infinito, no podrán dar rienda suelta a sus fantasías, a sus corrupciones e incluso a sus anhelos bienintencionados, el buen político debe ser consciente de las limitaciones del presupuesto y no crear déficit de forma exponencial como ha venido ocurriendo sin que por ese motivo nos echáramos a   la calle a manifestarnos contra esos políticos irresponsables, sin embargo, cuando nos cuentan la verdad y se ajustan a las circunstancias económicas no dudamos en salir a la calle y culparlos de eliminar derechos que creíamos “Gratuitos” e irrenunciables incluso aunque por culpa de esos derechos coartemos el derecho fundamental de otros muchos a trabajar.
Cuando una persona que está en paro empieza a trabajar, en primer lugar, se siente útil y sube su autoestima, en segundo lugar comienza a producir para la economía nacional, podrá aumentar su consumo y probablemente podrá promocionarse y demostrar para todo lo que está capacitado, mientras que en el paro supone una carga para el Estado y probablemente para su familia, disminuyendo su consumo y el de los suyos. Prefiero ser solidario reduciendo en una parte mis derechos como trabajador si con ello consigo que esa persona salga de esa situación. Y no hablo por hablar porque yo también pasé una vez por esa situación y acabé aceptando un salario muy por debajo de lo que venía cobrando, pero gracias a eso hoy día vuelvo a estar en una situación digamos que, digna. Eso es lo que pido para los parados, dignidad por el trabajo.
En cuanto a aquellos que consideran que el recorte de derechos de los trabajadores, se hace sólo para que los empresarios, corsarios, piratas y explotadores, ganen más dinero, les recuerdo que si miramos el problema de forma global, los empresarios no tienen mas remedio que contratar trabajadores para desarrollar sus empresas, que son humanos como los demás y que cuando la mala situación pase tendrán que mejorar las condiciones de vida de sus empleados para poder mantener los niveles de productividad necesarios y que aunque ahora nos veamos obligados a reducir nuestras exigencias como trabajadores estaremos ahí para pedir participación en los buenos resultados. Recordando siempre que cuando yo hablo de empresarios me refiero a los pequeños y medianos, como son muchos de los que me leen, como lo fue mi padre y en algún momento de mi vida lo fuí yo mismo. Ninguno de nosotros tiene o tuvo en el pensamiento deshacernos de nuestros trabajadores cuando ayudan a que las cosas marchen, pero si la situación es mala debe serlo para todos igual que cuando es buena debe serlo para todos. En cuanto a las multinacionales lo considero un problema aparte.
Sin embargo hay una parte muy importante de nuestra sociedad que sigue viendo tras de esta como de cualquier otra crisis a malvados poderes que nunca es capaz de nombrar por su nombre y apellidos, pero que viene muy bien para mantener sus postulados. Utilizan frases como “siempre pagamos los mismos”,”la culpa la tienen los ricos” y otras muchas, pero eso sí guardándose mucho de definir claramente quienes son “los mismos” y quienes son los “ricos”, a no ser que lo hagan con nuevas generalidades, sin reconocer nunca que simplemente todos hemos gastado mas de lo que debíamos y más tarde o más temprano terminamos por pagar las consecuencias.
Reto a cualquiera de los que mantienen esas posturas que señalen con su dedo y a ciegas cualquier pueblo o ciudad en el mapa de España y si encuentran una ciudad o pueblo con un presupuesto cuadrado, es decir donde ingresos sean igual a gastos, habrá dado la casualidad de que acertaron con una de las poquísimas excepciones. Su argumento será que el déficit ha permitido el crecimiento a lo largo de la historia lo cual sería verdad sólo en parte. Evidentemente en un momento dado un déficit controlado y desde luego que no se perpetúe puede actuar como palanca de la economía, pero evidentemente permanecer permanentemente sin salir del déficit sólo conlleva que cuando las cosas vienen mal dadas pase lo que nos está pasando.
Si a todo esto unimos el que el sistema bancario Español fuera en un 50% entidades que no son ni privadas ni públicas, pero que son gestionadas por y con argumentos políticos y en algunos casos con trazos de corrupción, tomando decisiones que conllevaron perdidas y que cuando estas afloran en lugar de hacer que estos y sus impositores, por duro que esto parezca asuman las consecuencias, nos dedicamos a prestarles dinero que continúan dilapidando los mismo o parecidos gestores, continuando con la espiral infernal que ayuda a alargar en el tiempo y hacer nuestra agonía más y más larga y diluyendo las responsabilidades civiles e incluso penales en algunos casos de aquellos que provocaron la actual situación. Si bien dejo claro que soluciones drásticas conllevarían algo así como fue el corralito en Argentina, sin embargo los paños calientes lo que hacen es que no se perciba por la mayoría de la sociedad la magnitud de la catástrofe.
Tampoco los grandes Bancos están en mucha mejor situación, pero al menos estos tienen ojos y cara es decir, dueños, que serían los primeros que debían sufrir junto con sus gestores las consecuencias de sus malas inversiones. Al contrario que todo el mundo hoy día yo sería partidario de volver al pequeño Banco de antes de toda esta globalización, a la división entre pequeños Bancos comerciales y Banca Industrial y al gobierno prudente del dinero de los demás. Creo que la globalización hace monstruos a los que nadie se atreve a dejar caer, porque las consecuencias serían desastrosas para la ciudadanía. Deberían prohibir la concentración en pocas manos de grandes grupos financieros ni de ningún otro tipo. Pero esto no significa de ninguna manera aumentar el poder de la administración pública sino que aumentaría el poder del hombre de la calle. De la libertad económica, de la igualdad en las relaciones económicas, de la “mano invisible”, de la competencia real y del precio justo de las cosas.
En definitiva, es inherente al ser humano, la prudencia en la administración de nuestros bienes escasos, desde que nos echaron del paraíso terrenal. Llevamos en nuestro subconsciente la escasez de los bienes, pero el hecho de ante todo querer ganar elecciones y la creencia de que podemos volver al “paraiso” nos ha hecho creer que podemos volver a la abundancia, pero la realidad nos ha dado un revolcón para que tomemos consciencia de la dura realidad. Así que a partir de ahora cuando un político nos ofrezca algo gratis dudemos de él, y cuando nos diga que hace falta tener déficit para ello, salgamos a la calle e impidamos que lo haga. No salgamos a la calle cuando alguien pone sensatez encima de la mesa.