Visto para sentencia quedó ayer el juicio contra M.A.S., acusado de un delito de robo en casa habitada, una vivienda de su propiedad que tenía arrendada desde noviembre de 2016 a A.J.S. Aunque el Ministerio Fiscal no ha presentado cargos contra M.A.S., la acusación particular pide tres años de prisión contra él.
Según se relató ayer en el juicio oral, en mayo de 2017 el arrendatario salió de la vivienda por la mañana y a su regreso, sobre las 15.30 horas, comprobó que no podía entrar en el inmueble ya que la cerradura había sido sustituida por otra. Fue entonces cuando llamó a la Policía, personándose dos agentes del CNP que pudieron acceder a la casa. Una vez en su interior, A.J.S. constató que todas sus pertenencias habían desaparecido, incluidos varios muebles y una lavadora, según declaró en la vista. Además, una de las habitaciones había sido pintada recientemente, lo que demostraba la presencia de útiles de pintor y otro tipo de herramientas.
El acusado reconoció haber cambiado la cerradura después de que le comunicaron que A.J.S. ya no residía en ese domicilio, argumento que basó en que había una orden de desahucio contra el arrendatario ya que no pagaba el alquiler.
Dos de los testigos del juicio, ambos vecinos del inmueble, declararon haber visto al inquilino de la vivienda trasladando cajas y mueble junto a otras personas que le prestaban ayuda.
El Ministerio Fiscal solicitó una sentencia absolutoria, basándose en testimonios contradictorios y aludiendo a que fue el propio inquilino quien trasladó los muebles.
La Acusación Particular, por su parte, habla de “desavenencias por impago del alquiler” y que al no atender la orden de desahucio, M.A.S. se “tomó la justicia” por su mano y procedió al cambio de cerradura, en lugar de llamar a A.J.S. para preguntarle si ya había abandonado el inmueble, así como su intención de volver a arrendarlo.
Finalmente, la Defensa de M.A.S. alude a la imposibilidad de retirar todos los muebles y enseres de una vivienda, además de pintar una habitación, en el periodo en que el arrendatario se encontraba fuera. Además recordó que el inquilino ya tenía fecha en firme de desahucio por lo que “no tenía sentido” que su patrocinado hubiera cambiado la cerradura. Por todo ello, solicitó que se dedujera testimonio del denunciante por denuncia falsa.
M.L. se conformó ayer a cumplir una pena de tres años y seis meses de prisión por un delito de robo con violencia e intimidación que se produjo el pasado 24 de febrero en la N-352 cuando el acusado, junto a otro hombre, se dirigió hacia un peatón al que amenazaron con una pistola y un cuchillo y le exigieron que les entrega el dinero y todas las cosas de valor que portara.
Aunque lo agarraron por el cuello, en un momento dado la víctima pudo zafarse y huyó de sus agresores que le persiguieron aunque no pudieron alcanzarle.
Aunque el segundo de los acusados no compareció a la vista oral celebrada ayer, la magistrada del Juzgado de lo Penal número 1 condenó a ambos a indemnizar a la víctima por un pasaporte que quedó inservible y cuya tasación se dictará en ejecución de sentencia.
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