Embarcaciones que han portado miles de kilos de hachís. Otras que han transportado a decenas de inmigrantes. Motores robados que han sido acoplados a lanchas para que adquieran una mayor velocidad. Ejemplos de tragedias y de negocios de narcotraficantes frustrados por la labor de las fuerzas de seguridad.
Todo esto representan las distintas lanchas, pateras y pequeños barcos de recreo que están siendo retirados, por fin, del puerto deportivo gracias a la colaboración entre la Ciudad, la Delegación del Gobierno y Justicia.
Su presencia se había convertido en todo un problema para la Guardia Civil, ya que no tenía siquiera espacio en su base del Servicio Marítimo, en el puerto deportivo, para llevar a cabo incluso las maniobras de sus patrulleras oficiales. Además su acumulación suponía un riesgo para la seguridad.
Se trata de piezas judiciales que estaban apiladas convirtiendo el deportivo en una especie de depósito judicial sin serlo.
Lo mismo que sucede en el muelle con los coches o en zonas como Benzú con otros vehículos. Tras las denuncias de asociaciones e incluso las quejas oficiales cursadas por la propia Guardia Civil, se han ido desbloqueando los distintos procedimientos para ir liberando espacio.
Las labores de retirada se están llevando a cabo con maquinaria militar, con el objetivo de quitar las decenas de embarcaciones y motores que se han trasladado al Muelle de Poniente. Hay tres procedimientos diferentes, uno que se centra en la retirada de 5 embarcaciones que se trasladarán de Poniente hasta el depósito de Benzú; otro, en el que algunas de estas lanchas terminarán siendo usadas por la Guardia Civil al estar en buen estado; y las últimas que serán destruidas tras su entrega a Medio Ambiente, encargada de estas labores.