Desahucios, familias enteras en paro, corrupción, empleo de calidad… y al final la “urgencia social” se ha quedado en desenterrar a Franco y Primo de Rivera. La izquierda no es que se haya convertido en algo inútil a la democracia española, es que hace tiempo que es nociva para la supervivencia de los españoles en paz. Desde que Zapatero decidió finiquitar la herencia que tantos socialistas honestos y cabales le habían dejado bajo las siglas del PSOE constitucionalista, la izquierda comenzó a denominarse siniestra perpetrando los mayores ataques a la democracia.
En plena debacle del sistema de financiación de partidos que básicamente consiste en un entramado corrupto del que algunos listillos sacan buena tajada, cuando varias comunidades autónomas vulneran los derechos constitucionales de sus ciudadanos, mientras casi un centenar de diputados apoyan por activa y pasiva a una banda terrorista; lo más importante para el PSOE es exhumar los restos del dictador Franco.
Como si no existiesen otros problemas más relevantes y acuciantes en España, sus señorías gastan nuestro tiempo y dinero en dirimir si se trasladan o no los restos de un cadáver, de un hombre que falleció hace más de 40 años y que está donde está porque así lo ordenó el rey Juan Carlos I, contrariando la voluntad personal del fallecido. Esto es un síntoma evidente de que la economía va bien -para sus señorías-, y de que la siniestra necesita de Franco para sobrevivir, de un finado, de la memoria de una dictadura para distraer a la opinión pública ante la evidente incapacidad para gobernar ¿ A esto se dedicarían si asumen el Gobierno ? La pregunta es retórica, pues Zapatero ya lo puso de manifiesto sacando adelante la Ley de Memoria Histórica - léase histriónica - mientras la economía del país se enfrentaba a su peor crisis.
Decía Edmund Burke que el miedo es el más ignorante, el más injurioso y el más cruel de los consejeros. Y eso es lo que está ocurriendo a Cs, se está rilando, acomplejando con canguelo, les horroriza pensar que puedan llamarlos fascistas. No se han enterado de que para los que tienen la palabra fascista constantemente en la boca, los que no pensamos como ellos somos y seremos siempre fascistas, fachas que necesariamente hay que marcar, arrinconar, marginar e incluso exterminar.
La cuestión no es la idoneidad de la ubicación del sepulcro, eso sólo incumbe al devenir de la historia -hechos inmodificables - y a sus familiares. La cuestión es que la izquierda sigue interesada en dividir a España - Franco representa a la mitad de España que ganó la guerra fratricida - y que el supuesto centro democrático anda medroso, temeroso, pusilánime a la hora de capitanear una opción de liderazgo. Para más inri, van a evidenciar que están de acuerdo con los herederos ideológicos de quienes fusilaron a J.A. Primo de Rivera, y que ahora pretenden seguir agraviándolo.
Recordarles a estos enemigos de la historia que, después de exhumar los restos de Franco del Valle de los Caídos, toca sacar a los Reyes Católicos de la catedral de Granada.