Mientras las autoridades y organismos nacionales
retrasan cada año al menos otros doce meses la posibilidad de conectar la isla energética de Ceuta con el resto de España, Acemsa está dispuesta a liderar la apuesta por las nuevas energías limpias y renovables en la ciudad autónoma. Esta misma semana, su director gerente, Juan Manuel Sánchez Valderrama, ha vuelto a plantear a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) la posibilidad de poner plataformas con paneles solares flotantes en el embalse de El Renegado.
La idea no es nueva, pues el ex director técnico de la sociedad municipal ya la planteó hace ahora un año y medio, cuando la empresa noruega ‘Ocean Sun’ llegó a tomar contacto con la Administración local en su búsqueda de espacios con más radiación solar para probar las infraestructuras que ya está utilizando en Bergen.
“Cuando contactaron con nosotros”, recuerda Sánchez Valderrama sobre los intentos realizados en la primavera del año pasado, “la compañía noruega buscaba espacios en los que experimentar con su tecnología fuera del mar, más arriesgado por las corrientes, en espacios con mayor número de días y horas de sol que su país de origen, por lo que pedimos a la CHG autorización para hacer una prueba”.
A falta de respuesta por parte del organismo de cuenca, la sociedad escandinava siguió su camino, pero en el gerente de la sociedad arraigó una idea que no solo permitiría obtener energía limpia.
Según explica, “la eficiencia de los paneles solares aumenta al estar colocados sobre el agua con respecto a la tierra porque se refrigeran de forma natural, evitando el calentamiento que les hace perder rendimiento”. Por añadidura, la colocación de ese tipo de superficies sobre láminas de agua con aprovechamiento reduce su evaporación, efecto que en Estados Unidos se consigue a propósito cubriendo presas con ingentes volúmenes de pequeñas bolas de plástico.
‘Ocean Sun’ propuso a Acemsa poner en Ceuta su infraestructura y facturar a la Ciudad su rendimiento energético, pero la empresa pública fue más ambiciosa: seamos socios, aunque las negociaciones nunca pudieron llegar a buen puerto por falta de permiso de la CHG, que no solo debe autorizar la colocación de los paneles sino también del cable que los conecte, según la idea de Acemsa, con la ETAP para reducir su consumo energético al menos en las horas de sol.
Entonces la aspiración de la empresa municipal todavía tenía en contra la normativa estatal de Mariano Rajoy, el ‘impuesto al solo’, ya derogada, aunque cumplía la condición de ser “autoconsumidor” y no se planteaba el almacenamiento de energía, que sale “muy caro”.
Pasado el tren de los noruegos, Acemsa ha vuelto a plantear la idea a la Confederación, que se ha comprometido a responder rápido y con “buenos ojos”, para explorar nuevas posibilidades. El presupuesto del proyecto para instalar placas solares flotantes sobre una lámina reforzada de TPV con capacidad para producir 160 MWh al año formando una superficie circular sobre el pantano del Infierno se cifró en menos de 300.000 euros con el fin de “aprovechar tanto las propiedades refrigerantes del agua sobre la que se instalan las placas, aumentando así su eficiencia, como un espacio no utilizable para otros propósitos de este tipo, como es la superficie del pantano”. La plataforma anular estaría conectada con una caseta de control en tierra, objeto de otro proyecto, desde la que partiría un cable hasta la Estación de Impulsión. Para la conexión con el sistema de bombeo se deberían ejecutar los trabajos necesarios de adaptación de las instalaciones que permitieran el funcionamiento en paralelo de la red eléctrica.
En paralelo, Acemsa está estudiando también cubrir los techos de la desaladora con paneles solares o implantar nuevas tecnologías en la EDAR que permitan aprovechar al máximo las emisiones de metano para calentar los lodos de la planta.