Carreira no ha entrado con buen pie en Acemsa. El que fuera cadáver político del PP, resucitado in extremis por Juan Vivas, ha desembarcado en una sociedad municipal que de un tiempo a esta parte desarrolla un particular ‘atraco a mano armada’. Lo que pasa es que le sale mal. Primero te cobran lo que no tienen que cobrarte y después de darte el sablazo te pide perdón y te prometen que te devolverán el dinero, como así ha pasado con los concesionarios del puerto que se toparon con facturas en las que se les cobraba el agua perdida por la red del puerto. Les hablo en cifras: hay casos con hasta 3.000 euros de extra en la factura, cobrados, claro está, erróneamente. ¿Esto es serio? No. En mi tierra se llama tener poca vergüenza política, en Ceuta -mi otra tierra- se queda en ‘error político que se subsanará lo antes posible en base a la transparencia’. Lo que pasa es que esa transparencia ya no se la cree ni el propio Juan Vivas, que se cargó a Gómez Hoyos para calmar la sed de venganza de los caballas por la movida que nunca terminó de contarse de los pantanos y nos sacó un conejo de las telarañas más profundas de la chistera que está convirtiendo al defenestrado don Manuel en un santo.
A don Juan nunca le han gustado los escándalos. Sencillamente no los soporta porque al final, si le salpican, terminan afeando esa imagen que tiene extendida en los ciudadanos y acaban con su proyecto espiritual de convertirse en un clon de Sánchez Prado, con estampita incluida. Por eso a don Juan, recién llegado de la mini-cumbre con Melilla, no le habrá gustado nada la ristra de meteduras de pata que se ha encontrado en Acemsa y que tocan lo más sagrado que le pueden tocar a un ciudadano: su cartera. Por mucho que mande después a Yolanda Bel a tragarse los sapos y dar la cara, elevando en un grado más su particular nivel de ‘quemada’, don Juan sabe que se enfrenta a meteduras de pata de gran impacto social por el descrédito que ocasionan.
Imponer la política del cachondeo en Acemsa, esa ‘del ahora cobro de más, después lo devuelvo’, no es la mejor forma de hacer política. A no ser que Carreira sea uno de esos ‘animales políticos’ a los que les gusta la convulsión y el meneo. Eso le sirvió en sus viejas luchas de poder en el PP en las que tanto se le calentaba el pico y en donde tantas mezquindades se pensaban. Ahora lo que está en juego son los bolsillos de unas familias no aptas al cachondeo.