La Asociación Ceutí de Familiares y Personas con Enfermedad Mental, Acefep, desarrolló ayer una jornada divulgativa con motivo el Día Mundial de la Salud Mental bajo el lema Abriendo mentes. Cerrando estigmas. Esta organización instaló en el Paseo del Revellín una mesa informativa, en la que repartieron 1.000 dulces y se expusieron los artículos realizados por los usuarios participantes en el Programa de Ocio y Tiempo Libre. Además, se vendieron artículos de artesanía para la autofinanciación de este programa y el calendario para el de rehabilitación psicosocial.
En este stand se desarrolló una actividad para sensibilizar a la sociedad titulada Ponte en mi lugar y que consistía en reproducir una alucinación auditiva, muy común entre las personas con esquizofrenia.
Francisco Javier Catena, miembro del Comité Ceutí de Personas con Enfermedad Mental, procedió a la lectura del manifiesto, que ha sido redactado por Basilio García, vicepresidente de Acefep y miembro del Comité Nacional de Personas con Enfermedad Mental.
A través de este manifiesto, que ha sido leído en todo el país, se pedía a los afectados que se quiten “la máscara”, den un paso al frente y vivan “sin miedo”, ya que “ser una persona con enfermedad mental no es algo de lo que avergonzarse, ni nos convierte en menos que nadie”.
Por ello, Acefep insta a las personas públicas afectadas a seguir los pasos de famosos de otros colectivos para intentar cambiar la mirada estigmatizante de la opinión pública demostrando “que estamos dispuestos y que somos útiles”. En esta línea, pedía que se hable con naturalidad sobre la enfermedad mental, lo que provocará “que se abran las mentes y se cierren los estigmas”, todo ello encaminado a “situar a la salud mental en el mapa de las prioridades de nuestra sociedad”.
Por su parte, el director territorial del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) en Ceuta, Fernando Pérez Padilla, leyó la proclama, a través de la que se informó de que en el territorio español más de 1 millón de adultos tiene un trastorno mental grave y que un 15 por ciento de la población tendrá algún problema de este tipo a lo largo de su vida.
La proclama también indicaba que el 75 por ciento de las personas con trastorno mental en España asegura haberse sentido discriminada en algún aspecto de su vida y que a muchas de ellas se les dificulta o se les impide el acceso al trabajo y sólo el 15 por ciento tiene un empleo.
En este escrito también se advertía de que el desconocimiento sobre los trastornos mentales, la falta de contacto directo con los afectados y los prejuicios “son el campo de cultivo perfecto para el sostenimiento y aumento del estigma”.
Por ello, se pedía mantener los esfuerzos por incorporar en todas las políticas y normativas la perspectiva de derechos humanos para luchar contra los prejucios, la discriminación, el estigma y la exclusión social.
Pérez Padilla proclamó el 10 de octubre de 2014 –hoy– como el Día Mundial de la Salud Mental en Ceuta e instó a los responsables y autoridades políticas, agentes sociales, organizaciones no lucrativas, medios de comunicación, sociedades científicas, profesionales de la salud, la atención social y el derecho y a toda la ciudadanía a que “comprendan que no hay salud sin salud mental”, favorezcan la integración social y colaboren llevando a la práctica las estrategias, planes y acciones necesarias para garantizar la atención a la salud mental. Por último, pidió a la ciudadanía participar en las actividades programadas con el ánimo de “colaborar en la erradicación del estigma, la discriminación y el desconocimiento”.
Manifiesto En el Día Mundial de la Salud MentalAbrir una mente es como abrir un libro escrito con letras de oro fino, una llamada a la normalidad, el descubrimiento de una naturaleza incontestable: el ser humano es rico en matices.
Cerrar un estigma es como cerrar una herida abierta en el alma, provocada por un patrón de comportamiento caprichoso, inmaduro, erróneo, infame quizá. Una herida de difícil cicatrización.
Y es que son tiempos de dificultad. Improvistos de lo justo y necesario, asistimos a la ceremonia de la escasez. Se cuentan por millares los que alzamos la voz en actitud suplicante: ¿Es esta la solidaridad de la que somos capaces?
Quien aguante nuestra mirada será llamado a escribir las páginas del destino. Abrir una mente es como abrirse a un mundo de posibilidades, es nutrirse del mundo que te rodea, es permitir el aprendizaje que te ayudará a crecer en el camino hacia la felicidad; lejos del rechazo y del desprecio infructuoso.
Por el contrario, una mente cerrada se aísla, pierde el hilo de la voluntad y se introduce en un túnel de vacío del que no se vislumbra el fin. Tal es la ceguera.
Qué bonito sería sentir que nos entendemos, que nos queremos, que estamos al lado, que sabemos convivir juntos a pesar de las diferencias. Somos personas únicas e irrepetibles y, sin embargo, tenemos tantas cosas en común. El tiempo de las tinieblas, de los miedos y de las dudas, no nos deja ver con claridad, pero el sol de la solidaridad lo ilumina todo.
En este año de mareas multicolores, nosotros, que podríamos llenar un océano, seguimos siendo invisibles. Es por eso, que os pedimos, compañeros/as, que os quitéis las máscaras, deis un paso al frente y viváis sin miedo, ya que ser una persona con enfermedad mental no es algo de lo que avergonzarse, ni nos convierte en menos que nadie.
Además, rogamos a aquellas personas públicas afectadas, que sigan este ejemplo con ya han hecho famosos de otros colectivos. Porque está en nuestras manos el intentar cambiar la mirada estigmatizante de la opinión pública demostrando que estamos dispuestos y que somos útiles.
Hablemos con naturalidad sobre la enfermedad mental; algo que sucede a nuestro alrededor. Con ello provocaremos que se abran las mentes y se cierren los estigmas.
Ayúdennos a situar a la salud mental en el mapa de las prioridades de nuestra sociedad.
Defendamos juntos nuestros derechos.