La acción del corsario Jean Florin en el Golfo de las Yeguas (1521-1525)

Corría el año 2014 cuando publicamos, en el ya extinto Jornal do Baixo Guadiana, un brevísimo artículo informativo titulado “Vasco Fernandes César – um aventureiro nas costas do Algarve Quinhentista” y que tuvo como objetivo dar a conocer un interesante episodio de la Historia Naval que enfrentó a este capitán portugués contra el corsario Jean Florin. En ese sentido y después de haber encontrado durante los últimos años otras referencias sobre este corsario, hemos considerado pertinente dar a conocer su acción depredadora en el golfo luso-hispano-marroquí, también conocido por Golfo de las Yeguas. De hecho, es Bernardo Rodrigues el que, al escribir sobre el año 1522, señala que “como neste ano andase a guerra antre França e Espanha, érão muitos os franceses que andávão a roubar, antre os quais era João Florim, o mais nomeado cosairo que então avia e o mais ousado” (Tomo I, Cap. XCVIII).

Pero quién era este Jean Florin? Según los Anais de Arzila, Jean Florin, también conocido como João Florim (en portugués), Juan Florín (en castellano) o Jean Fleury (en francés), comenzó siendo un pobre marinero que llegó a ser criado de un comerciante, hasta convertirse más tarde en un temido capitán. Entró al servicio de Jean D’ Ango, un armador de origen italiano que se había establecido en Dieppe, y ambos sellaron un acuerdo con el rey de Francia, Francisco I, comprometiéndose a atacar embarcaciones adversarias a cambio de un pago. Los orígenes presuntamente florentinos de este corsario no están claros; en cualquier caso, es innegable que estuvo al servicio de Francia, donde Florin se volvió celebre, principalmente después de que en 1523 capturase a dos de los tres galeones españoles que cargaban tesoros aztecas desde México a España. Es, por ello, el autor de uno de los más famosos actos de piratería contra el imperio de Carlos V. Del mismo modo, Jean Florin fue también conocido por el polémico ataque a la nao portuguesa Madalena, que en 1524 regresaba de la India cargada de riquezas. No obstante, antes de que este corsario hubiera protagonizado estos hechos, operó en el Golfo de las Yeguas, donde provocó bastantes estragos en la navegación portuguesa y castellana. Si revisamos los Anais de Arzila nos damos cuenta de que Jean Florin era muy conocido entre los portugueses, ya que solía ir a Arcila, donde vendía “alguns navios que de boa guerra aos castelhanos avião tomado” (Tomo I, Cap. XCVIII). Uno de esos asaltos ocurrió en 1521, cuando Francisco Ribeiro, el almojarife de Arcila, “embarcado com todos seus livros e papeis, na costa do Algarve foi tomado de uas nãos francesas (…) debaixo da capitania de João Florim, cosairo francês” (Tomo I, Cap. LXXXVII).

Ante estas circunstancias, en 1521, fueron elegidos los capitanes Vasco Fernandes César y João de Valadares para patrullar el Estrecho de Gibraltar con sus carabelas de guerra, “muito armadas e com vontade de se toparem com João Florim, cosairo francês, que na boca do Estreito andava fazendo muitos danos a todas as nãos” (Tomo I, Cap. LXXXVIII). Pese a ello, cuando se dirigía la carabela de João de Valadares hacia Málaga, donde debía cargar el trigo para abastecer las plazas lusas de África, cuando Jean Florin atacó al capitán portugués con las cuatro naos, prendiéndolo y llevándolo a Francia. En respuesta a los corsarios franceses, “que aquele ano érão muitos na costa do Algarve” (Tomo I, Cap. CVIII), Nuno Rodrigues Barreto, alcaide mayor de Faro, organizó una armada, colocándola de patrulla en las proximidades del Cabo de San Vicente. En la costa del Algarve también había dos carabelas de guerra comandadas por Bastião Nunes y Pêro da Costa, y un pequeño galeón bajo el mando de Vasco Fernandes César. Con este dispositivo naval los portugueses pretendían hacer frente a la armada de Jean Florin, que contaba con cinco navíos, y la armada de otro corsario cuyo nombre desconocemos y que estaba constituida por cuatro o cinco navíos. Si nos atenemos a la información de los Anais de Arzila, vemos que cuando el conde D. João Coutinho pretendió regresar a Arcila, donde era capitán, “se foi á vila de Santo António, á boca do rio de Odiana, onde a armada o avia de vir tomar” (Tomo I, Capitulo CVIII). Para el regreso del conde a aquella plaza norteafricana, Vasco Fernandes César recibió el encargo de embarcarlo en la villa de Arenilha y escoltarlo a Arcila. Sin embargo, durante el viaje hacia la desembocadura del Guadiana, donde se debía juntar la Armada del Estrecho y embarcar al conde, fue atacado frente a Albufeira por dos naos del corsario Jean Florin. El combate naval finalizó con la explosión de parte de la alcazaba del galeón, que arrojó al mar a Vasco Fernandes, quedando gravemente herido. Fue capturado por Jean Florin y llevado como prisionero a Dieppe, de donde consiguió huir desenrollando una estera y escapando por ella de la torre donde estaba preso.

Al año siguiente, Bastião Nunes, capitán de una carabela de la Armada del Estrecho, capturó una nao francesa, entre Tánger y Tarifa, que siendo considerada una buena presa fue entregada a Vasco Fernandes César como compensación por su antiguo galeón. Es Frei Luís de Sousa, en los Anais de D. João III, quien nos dice: “elRey mandou que a nao e fazenda ficasse por represalia, em lugar do galeão que o anno passado fora tomado por francezes a Vasco Fernandes Cesar, e que logo se entregasse a nao ao mesmo Vasco Fernandes, que de pouco avia era chegado ao Reyno despois de fugir da prisão de França” (Livro II, Capítulo XVII). En cuanto a Florin, los Anais de Arzila indican que, en 1525, atacó dos naos de marineros vizcaínos. Estos, a pesar del ataque, “saltarão na de João Florim e a axorrárão e renderão e o tomarão preso e o trouxérão a Cáliz” (Tomo I, Cap. XCVIII). Por orden de Carlos V, finalmente fue ahorcado como un pirata en Colmenar de Arenas, cerca de Toledo, el 13 de octubre de 1527. Terminaban así los días del “corsario francés” que asoló el Golfo de las Yeguas entre 1521 y 1525.