‘Accidentada’ tercera sesión judicial contra un guardia civil por blanqueo

• Un detenido por tráfico de drogas dijo en 2009, tras una aprehensión, que el acusado le había amenazado, pero dos policías nacionales dicen no haberle visto en los calabozos ese día

El tercer día de juicio en la Audiencia Provincial no estuvo exento de incidentes informáticos. Aún así pudieron completarse las declaraciones previstas para la jornada, que estuvieron protagonizadas por dos guardias civiles que inspeccionaron las armas incautadas en uno de los trasteros propiedad del padre del acusado y los policías nacionales que le relacionan con el ‘Musa’ una persona conocida por sus actividades ilegales relacionadas con el tráfico de drogas y que era objeto de investigación hace unos años.

Los guardias civiles que inspeccionaron las armas incautadas en el registro en el domicilio del acusado vinieron a corroborar lo ya expuesto por el propio acusado, su esposa, también procesada, y la madre del primero. El subfusil y la pistola forman parte de la herencia paterna. El padre del acusado, militar de profesión y armero, coleccionaba estas armas que guardaba celosamente en un trastero. Las mismas han estado expuestas en la sala de vistas de la Audiencia hasta la finalización de la declaración de los guardias civiles. Uno de ellos, experto en la materia, explicó que ambas armas si bien no se encontraban “inutilizadas técnicamente” la acumulación de óxido ferroso impedía su utilización. No obstante, precisó que para la inutilización reglamentaria de un arma, ésta debe ser entregada a la Guardia Civil, esto es, no es una labor que pueda acometer el propietario de la misma.

El resto de declaraciones de la mañana de ayer se centraron, a tenor de las preguntas del Ministerio Fiscal, de relacionar al acusado con una persona conocida como el ‘Musa’, al que la Policía Nacional estaba investigando hace siete años por supuesta vinculación al trafico de hachís. Los agentes integrantes de un dispositivo de vigilancia, explicaron que vieron al acusado conducir de forma “extraña” por la calle Compañía de Mar hacia la plaza de la Constitución hasta tres y cuatro veces en esta zona, justamente coincidiendo “en el tiempo” con la llegada de un hombre en una furgoneta blanca de matrícula francesa seguido de otro vehículo conducido por el llamado ‘Musa’.

Pero ninguno de los policías nacionales aseguró que en esa vigilancia que efectuaron el guardia civil procesado se comunicara de alguna manera con el llamado ‘Musa’. Ningún gesto de complicidad y ninguna prueba que vincule al acusado con los cargamentos de droga que se incautaron en las intervenciones objeto de la investigación policial.

Otra de las acusaciones que pesa sobre el agente de la Benemérita procesado es el supuesto encuentro ocurrido en los calabozos del juzgado en 2009 con un detenido por tráfico de hachís que dijo haber sido amenazado por este. Según la Fiscalía, el acusado habría amenazado al detenido para que no hablara y le relacionara con la aprehensión de 173 kilos de hachís en una vivienda sita en la conocida Cuesta Parisiana. Dos agentes sí afirmaron que el detenido, apodado ‘Chacaraca’, les había dicho lo de las amenazas, pero ninguno de los agentes vio físicamente al guardia civil procesado en los calabozos ese día.

De hecho, uno de estos dos agentes de la Policía Nacional dijo haberse sentido sorprendido con lo ocurrido al guardia civil porque, le conoce de su labor en el puerto de nuestra ciudad y es “uno de los guardias civiles que más droga se incauta en el Puerto”. Así se refirió al explicar que el acusado, como mecánico, se encarga de desmontar los coches marcados previamente por los canes antidroga para sacar los bloques de hachís que se ocultan en los vehículos con intención de llevarlos a la Península.

Otra de la acusación, es que el guardia civil fue sorprendido por otros agentes “apuntando las matrículas” de los coches de camuflaje de la Policía Nacional. Uno de ellos dijo que “con toda certeza” le vio “mirar a un lado y a otro de la calle apuntando las matrículas en un papel, apoyado sobre el volante” del vehículo que conducía por el Paseo de Colón.