Tras su aproximación a las realidades económica y fronteriza de las ciudades autónomas, el Observatorio de Ceuta y
Melilla acometió este miércoles “una aproximación histórica” a los siglos de españolidad de ambos territorios (y las llamadas “plazas menores”) para “confirmar nuestro convencimiento sobre su soberanía y despejar dudas a quienes albergan cierta confusión”. El
vicepresidente Segundo y consejero de Educación y Cultura de la Ciudad, Carlos Rontomé, compartió con el cronista oficial de Melilla, Antonio Bravo; y con el profesor de Relaciones Internacionales de la UNED Carlos Echeverría un coloquio titulado ‘Las raíces históricas de Ceuta, Melilla y el resto de territorios españoles en el norte de África’ en el que también se diseccionó cómo ha influido su devenir en el presente.
El evento se retransmitió en directo desde el Salón de actos de la Asociación de la Prensa de Madrid en el marco de la serie de encuentros que está organizando el Observatorio de Ceuta y Melilla que dirige Echeverría en el seno del Instituto de Seguridad y Cultura.
El trabajo viene a “dar continuidad” al “ejercicio pedagógico y político” que se está haciendo sobre Ceuta y Melilla, “dos ciudades distintas y distantes”, con un estudio que firma Echeverría de las raíces históricas de ambas, de los peñones norteafricanos españoles y del archipiélago de Chafarinas.
“He disfrutado mucho elaborando este informe”, destacó el profesor y politólogo, “porque nos permite centrar la atención en territorios donde explorar cuándo empieza la españolidad nos remite hasta la Reconquista”. “Se trata de una presencia ininterrumpida y no por el uso de la fuerza, sino con Tratados firmados para ser cumplidos como herramientas jurídicas que se suman a las históricas”, advirtió.
Echeverría hizo un alto en 1912 porque “con el Protectorado se diluyeron parcialmente las fronteras de los cinco territorios sin perder nunca de vista su singularidad”.
Vicepresidente segundo de la Asamblea de Ceuta: "Los ceutíes musulmanes no tienen que ‘integrarse’ en nada: son españoles”
Rontomé valoró la iniciativa que supone el Observatorio y lamentó el “desconocimiento importante” que todavía existe sobre Ceuta y Melilla, dos contextos con semejanzas pero también diferencias, el pasado portugués de la primera la más relevante a su juicio en el ámbito histórico.
Otro rasgo distintivo del pasado local es su sometimiento a asedios casi constantes hasta finales del siglo XIX, cuando se erige con Melilla en “punta de lanza de la presencia española en el norte de África”. Después la ciudad no ha sufrido esas presiones “militares”, aunque sí de otro tipo como la del anexionismo marroquí.
El cronista oficial de Melilla asumió que las dos ciudades están necesitadas de más “visibilidad positiva”. Bravo ha opinado que la idea actual de España es “más pobre” que en la Edad Moderna. “Estos territorios deben ser reentendidos y potenciados como una herencia de riqueza, no como lugares marginales que se mantienen por alguna razón”, reivindicó antes de llamar la atención sobre el “abandono” que está consintiendo el Estado español de los peñones y de su patrimonio “contra la legislación vigente”.
“Sentimiento especial”
Echeverría valoró el “sentimiento especial” de españolidad que se vive en Ceuta y Melilla con independencia de credo u origen cultural y Rontomé apreció que los pobladores de ambas son “españoles de frontera que viven esa identidad de una manera reforzada”. “Nuestra visión de la españolidad es mucho más abierta que en el conjunto de España, vinculada a una visión étnico-religiosa mucho más castiza”, matizó. “Vivimos nuestra españolidad de una forma más intensa, distinta”, coincidió Bravo.
El autor del informe destacó la gran influencia exterior que tuvieron tanto Ceuta como Melilla en el pasado, ya que “en ningún momento han dejado de mirar hacia el resto de España y deben ser plataformas desinhibidas para tener las mejores relaciones posibles con el vecino del sur” desde “el rigor y la claridad”. Tanto Echeverría como Bravo secundaron las apuestas de la Ciudad por proyectar a Ceuta, la españolidad o el castellano en el entorno marroquí más próximo, iniciativas que vitupera Vox y que Rontomé se comprometió a mantener.
“Los ceutíes musulmanes no tienen que ‘integrarse’ en nada porque son españoles con un sentido de pertenencia muy fuerte que ya se querría en otros lugares de España”, advirtió Rontomé a un general retirado que desde Madrid preguntó si en Ceuta y Melilla se están perdiendo rasgos culturales de españolidad. Bravo secundó su posición y corroboró que debería ponerse menos la lupa sobre la connotación religiosa y más, por ejemplo, en la brecha económica más peligrosa en términos de cohesión social.
La “africanidad” de España y la “neocolonización” en Marruecos
El director del Observatorio de Ceuta y Melilla, Carlos Echeverría, opinó este miércoles a preguntas de los participantes en el coloquio que sería “muy interesante” que España se plantease participar de alguna forma en las estructuras políticas africanas como “un actor con presencia y protagonismo” en el continente en el que se ubican tanto las ciudades autónomas como Canarias y otros territorios. “Estamos en un escenario resbaladizo en el que hay que tener ideas y estrategias claras”, reclamó el profesor sobre la “africanidad” del Estado español, que según recordó Bravo mantuvo durante siglos una amplia presencia a este lado del Estrecho. El cronista oficial de Melilla, como Rontomé, lamentó que nuestro país haya perdido presencia social o cultural a todos los niveles, facilitando la “neocolonización” del norte de
Marruecos por parte del sur francófono. El consejero ceutí fue alabado por sus interlocutores por la colaboración de la Ciudad con el Instituto Cervantes de Tetuán, por ejemplo para forjar un acercamiento y conocimiento “mutuo” y rebajar tensiones.