Abdelmalek, del exilio al trono (y II)

Como Abdelmalek estaba en manos de Felipe II después de Lepanto (1571), lo esperaban en Orán, donde llegó ya libre, y algunos meses después fue a Estambul de donde volvió a Argel el 2 de mayo 1572 en compañía del nuevo pachá Araby Ahmed, sufriendo todavía la convalecencia de dos heridas que recibió y no encontraba razón del porque había sido liberado, todo esto esta reseñado en una carta de A. Gáparo que envío a Felipe II el 13 de Julio de 1572.
En esta gestión política cerca de los turcos, por su importancia hacer creer que fue a Estambul a pedir ayuda a éstos. Y por otra parte los asuntos europeos no están reveladas estas gestiones, ya que se carece de toda documentación, pero se cree que este no pudo dirigirse a Estambul hasta después de la muere de su hermano Abdelmoumen en 1571. No obstante, al principio su petición fue rechazada, como así lo demuestra los historiadores marroquíes y a la espera de la reconstrucción de la flota turca por Eudj Ali, después de Lepanto y su revancha contra los españoles en Túnez, para que ellos pudieran intervenir libremente en Marruecos.  
Fuentes europeas por el contrario permiten seguir la marcha de Abdelmalek de Argelia  a Estambul entre estas dos grandes batallas (1571-1574), no siendo por casualidad que los viajes del pretendiente Saadi se multiplicará en el curso de estos últimos años de su exilio. La posesión de Felipe II se dulcificó después de Lepanto, ya que los turcos se doblegaron y  Abdelmalek aprovechó esta ocasión. Además en el transcurso de 1573 fue nuevamente a Estambul, y esta vez dijo que para pedirle al sultán ayuda para recuperar el reino de Fez y al poco tiempo su demanda fue muy satisfecha y el sultán Selimm II se interesó para ayudarle, pero los acontecimientos se precipitaron a favor de esta ayuda por la muerte de Al.Ghalib, que abrió la crisis de la sucesión y en mayo de 1574 Felipe II que estaba totalmente al corriente de estos acuerdos con Estambul, contrariado puso fin a las peticiones de Abdelmalek, y una semana después en la intervino este príncipe en la toma de Túnez, embarcó en aquella ciudad para volver a Estambul.
En aquella época se sitúa la inversión romántica de su madre Salah con Moured III, siendo ésta la primera en anunciar al sultán la toma de Túnez, y le pide por contrapartida su apoyo para la causa de su hijo. En esta intriga tan hábil, Abdelmalek consiguió salir airoso ante el enviado oficial turco y por lo que con esto gano la simpática del sultán otomano. Además, también tenía la ayuda de su padre Mourdad Pacha que intrigó por su parte al mantenerse en el cargo de Rais de los Taifas Corsario Argelinos con el fin de atender por mar las fuerzas expedicionarias que pronto será mandado por Abdelmalek y Ramdan Pacha.
Después del acuerdo con Mourad III, éste ordenó a la pachá de Argel preparar la expedición marroquí, ya que la organización de esta acción necesitaba cerca de un año de organización, de suerte que las tropas reunidas no pudieron ponerse en movimiento hacia Marruecos hasta septiembre de 1575. Además los medios económicos tenían un límite y no permitían reclutar a un numeroso contingente, ya que fue advertido para estas tropas fueran soldados de elite, cara al ejercito de su rival que se estimaba en mas de unos 30.000 hombres bien preparados, adiestrados y provistos de buen armamento. Además, ya tenían acondicionados unos 36 cañones.
Por lo que Abdelmalek ya aprestado tenia unas fuerzas de unos 600 jenézanos turcos, 1.000 zaguatas argelinos, 1.000 spanis y para completar las cifras se les agregaron en el camino unos 6.000 jinetes enviados por las tribus aliadas, aparte de estos combatientes disponían de la artillería ya mencionada. Por lo que ya completada la expedición de estas tropas. Abdelmalek inicio su avance hacia  Fez con etapas cortas ya que las municiones artilleras eran suministradas por el mar.
Enterados en Marruecos de estos acontecimientos el ambiente estaba muy alterado, ya una angustia general obsesionaba sus espíritus. Los turcos al este, los españoles al norte y oeste que con presagios no halagüeños, hacían estar preocupados. Además una campaña psicológica preparada por los partidarios de Abdelmalek los atemorizaba aun más y disponían a la población a recibirlo como un héroe al haber vencido a los españoles en el sitio de la Goletta de Túnez (1574), todo esto bien llevado por sus partidarios que hacían una propaganda bien organizada.
Por lo que enterado Abdelmalek, propuso apaciguar esta inquietud ciudadana de cara a la doble amenaza de los católicos y turcos, presentándose como el salvador capaz de conjugar estos dos problemas, ya que los mismos turcos tenían necesidad suya para ir contra los españoles. Pero la población alborotada veían flotando por los aires encima de los soldados a estandartes rojo enarbolados por los soldados turcos que Abdelmalek había traído con el desde Arcelina, y esto les hacia tener alguna acción de ellos. También al poco tiempo los portugueses invadieron las costas marroquíes situadas en el occidente, que acompañado con los oráculos religiosos temían aún más.
Y con esta atmósfera Abdelmalek continuo su marcha hacia Fez, donde Mohamed Al’ Moutaouakkil se armó para recibirlo y el primer encuentro se desarrollo en Ar-Rokr en el río Iumaoren el 8 de Marzo de 1576, con la victoria total que Abdelmalek obtuvo en ese día, ya que la deserción de las mejores tropas de su rival, el comandante jefe de la artillería Doglhali se pasó al lado del pretendiente, lo que hizo que otras formaciones mas lo siguieran. También se sabe que esta defección ya estaba preparada desde Argel por un morisco llamado Al Ghorri, el cual se había infiltrado entre las tropas y entorno de Al’Moutaouakkil. Este último evento hecho con transacciones secretas con sus rivales, le hizo surgir otras sospechas y a la vista de lo sucedido y de su derrota en la batalla, tuvo el tiempo justo de recoger sus tesoros y haberes, abandonando Fez se marcho seguidamente para Marrakech, por los Abdelmalek propiciado con todos estos eventos que les favorecían, ocupó la ciudad de Fez y el estimable botín que hizo le permitió resarcirse de los gastos del  mantenimiento de sus tropas, empleando unas 500.000 onzas de oro aproximadamente y prodigando ampliamente a sus soldados bajo la forma de Bakchich, que era la tradicional gratificación de los jenízaros con las armas y enseres abandonados por Moutaouakkil, siguió con la ocupación de Marruecos.
A su llegada delante de Fez, Abdelmalek distribuyó sus fuerzas de ocupación procurando que los turcos por su mala fama no entraran en la ciudad, para así no dejar malos recuerdos de su primera importante actuación, como así le sucedió a Abou Hassan al Wattasi en 1554, y también sin grandes muestras de prepotencia, les pidió a los notables de la ciudad ayuda para liquidar con los turcos y así podérselos quitar de encima con el retorno de estos a su territorios argelinos. Después se dispuso para continuar con su marcha ahora hacia la ciudad de Marrakech y el segundo encuentro tuvo lugar el 9 de julio de 1576 en Kaandar Er-Rihan, en las márgenes del río Sebú entre Rabat y Mohamedia y así el mismo describió este combate “descendió de su caballo y marchando con sus jefes puso orden a sus tropas y detrás alineo a las baterías, ya que Abdelmalek sus tácticas consistían en imponer al enemigo los lugares que a el les apetecía, además animo a la caballería enemiga para entrar en unos terrenos muy espinosos que los hacia inoperantes”.
Por lo que su caballería estaba desembarazada de sus enemigos y así podía actuar al igual que en tiempo de su padre Al’Ghalib así hacían. Hay una descripción muy valiosa de estas batallas que dice:
“Sus uniformes eran valiosos damascados, con satén y tafetanes de diversos colores y la mayor parte de ellos tenían las vainas de sus espadas y cimitarras doradas o plateadas. Estos llevaban también como reliquia una caja de oro y de plata, prendidas en otro cinturón también muy lujoso que se cruzaba con el de las espadas y ambas estaban sujetos a un gran cinturón con grandes placas de oro y plata cinceladas”.
En cuanto a su armamento no era tan sofisticado para la época, ya que las armas europeas estaban particularmente aprestadas, las cuales no les faltaban gracias a los traficantes europeos que lo suministraba de ellas clandestinamente, a pesar de la prohibición que tenían  del Papa y de los bloqueo hispano-portugués, armamento que consistía en lanzas, picas de fresnos, casquetes, cotas de maya etcétera.
Pero pese a todo nuevamente Al’Moutaouakkil fue derrotado marchando hacia Marrakech nuevamente, donde otra vez se ocupó de reunir sus tesoros, pero los ulemas de la ciudad le reprocharon severamente su conducta y sus múltiples defectos, por lo que de esta forma decidieron su destitución del trono, que fue ocupado por Abdelmalek.
Tiempos después una vez afianzado en el trono y ya estando totalmente asegurado en el mando como Sultan, intervino en la celebre batalla de los tres Reyes o de oueol (río). El Maksen, desarrollada entre Laroche y Alcazarquivir el 4 de agosto de 1578 en el perdió la vida el rey D. Sebastian I de Portugal y a su ejercito les ocasionaron la perdida de unos 8.000 muertos y 15.000 heridos.