Desde esta columna de opinión sabatina que iniciamos hace casi veinticinco años hemos denunciado por activa y por pasiva la dejadez e inacción de las administraciones en su obligación constitucional de proteger, conservar y acrecentar nuestro patrimonio cultural, así como el natural. Pocos lugares pueden presumir de contar con unos bienes naturales culturales de gran variedad y calidad, como los que posee nuestra ciudad. Desde el punto de vista ecológico, nuestra bioregión es considerada un ecotono por ser un espacio de transición entre dos ecosistemas marinos, como el Atlántico y el Mediterráneo, de cuyo contacto surge una significativa biodiversidad. Esta biodiversidad se ve incrementada por los movimientos migratorios de aves, cetáceos, túnidos, mariposas y un largo etcétera de especies. Por estas razones el área del Estrecho de Gibraltar fue declarada Reserva de la Biosfera, de la que Ceuta fue excluida por motivos políticos.
Por otro lado, desde la perspectiva histórica, Ceuta cuenta con un patrimonio cultural impresionante que se remonta a la prehistoria y comprende huellas de todos los periodos que se han sucedido en el devenir histórico de una región tan estratégica. La posesión de esta pequeña y estrecha península ha sido codiciada por todas las civilizaciones del pasado y una vez lograda asegurada por solidas fortificaciones. Estos elementos poliorcéticos están presentes por toda la ciudad, si bien han sufrido importantes destrucciones, como la línea más occidental del llamado Frente de Tierra debido a la construcción del puerto y del trazado de la línea del ferrocarril Ceuta-Tetuán. Otros paramentos, como la extensa muralla de la Marina, permanecen ocultos tras unos aparcamientos subterráneos. En general, el patrimonio fortificado ceutí, con la excepción del Conjunto Monumental de las Murallas Reales, presenta importantes problemas de conservación. Para ilustrarlo vamos a tratar en este artículo la situación de las murallas que cierran la popular cala del Desnarigado.
La cala del Desnarigado es uno de los lugares más singulares y bellos de Ceuta. Es del gusto de aquellos ceutíes que apreciamos los rincones menos transitados y, por tanto, idóneos para la contemplación y la inspiración literaria. También la frecuentan los pescadores deportivos y en verano quienes saben valorar las pedregosas playas de Ceuta. Los fines de semana de los meses estivales la playa del Desnarigado está a tope de gente. La frecuentación de usuarios de esta playa parece no importarle a nuestras administraciones. El asfaltado de la carretera de acceso está en mal estado, la zona de aparcamiento no está bien acondicionada y las escaleras por las que se accede a la playa son una auténtica vergüenza. No obstante, a nosotros, como entidad conservacionista, lo que más nos inquieta es el pésimo estado de conservación de las murallas que cierran la cala y de la torre de playa de planta circular desde la que se domina la playa de la Torrecilla, que es el nombre con el que figura en los planos antiguos de Ceuta fechados a finales del siglo XVII. Fue en este momento histórico cuando se llevó a cabo un amplio plan de refortificación de la ciudad ante el inminente inicio del cerco militar dirigido por el sultán Muley Ismail.
La antigüedad de las murallas que cierran la cala del Desnarigado, así como la total ausencia de labores de mantenimiento, han llevado a que presenten desde hace años graves problemas de conservación. La combinación de la lluvia y el viento, que en ocasiones sopla con inusitada fuerza en este coqueto rincón del Monte Hacho, han ido deshaciendo el mortero que unen las piedras que componen el paramento. Tanto es así, que se han abierto enormes huecos en la muralla y se han ido sucediendo desprendimientos. El más importante sucedió en el verano del año 2020. Por suerte no pilló a nadie transitando por este lugar, pues de haber pillado a alguien podríamos estar lamentándonos por pérdidas humanas. La zona del desprendimiento se acordonó con unas vallas sujetas mediante unas gavillas fijadas al suelo, mientras que las autoridades se comprometían a actuar de manera inmediata para resolver los problemas de conservación de esta muralla. Han pasado cuatro años, en los que no hemos dejado de denunciar la situación de estos lienzos, y no se ha hecho absolutamente nada.
Los grandes bloques de murallas desprendidos siguen en el mismo sitio; las vallas, ya oxidadas después de cuatro años están arrumbadas sobre las piedras; y las grandes gavillas son una peligrosa trampa para los que se mueven por esta zona; y el estado de la muralla es cada día peor; y la administración sigue sin hacer absolutamente nada. El buen tiempo ha llegado y la playa de la Torrecilla empieza a llenarse de bañistas. La irresponsabilidad de las administraciones es manifiesta. Me consta que en los meses siguientes al desprendimiento de esta parte de la muralla se informó de estos hechos a la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes del Ministerio de Cultura, como administración competente en la gestión de unos elementos pertenecientes a la Administración General del Estado.
Por parte de los responsables ministeriales, se requirió al Ministerio de Defensa que reparara estos lienzos de muralla, pero respondieron que no eran de su propiedad, sino del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico al estar dentro del dominio público marítimo terrestre. Lo cierto es que si nos atenemos a la imagen que ofrece el visor del Dominio público marítimo terrestre, el lienzo de muralla estaría dentro de la parcela militar y no en la parte de la que es competente la Dirección General de Costas. En cualquier caso, sean las murallas del Ministerio de Defensa o del de Transición Ecológica, la responsabilidad de reparar esta muralla, incluida en el conjunto histórico de la fortificación del recinto del Hacho, recae en la Administración General del Estado. Desde nuestro punto de vista, es el Ministerio de Cultura el que debe actuar de inmediato, aunque sea de forma subsidiaria, para asegurar la conservación de estas fortificaciones. Dicho esto, la Ciudad Autónoma de Ceuta no está libre de responsabilidad en esta cuestión. Lleva más de veinticinco años sin cumplir por la obligación legal de redactar y aprobar el plan especial de protección del conjunto histórico en el que se incluyen la muralla de la cala del Desnarigado. Tampoco ha hecho nada por adecentar los accesos a esta playa, ni tenemos noticia de que haya movido ficha para reclamar al Estado que atienda la recuperación del patrimonio cultural que es de su competencia.
Nuestra asociación considera que el abandono de la cala del Desnarigado y en particular del lienzo oriental de la muralla que la cierra es una grave irresponsabilidad que puede tener consecuencias fatídicas para los usuarios de esta playa y para el valioso patrimonio cultural y natural de uno los sitios más atractivos y bellos de Ceuta. No les pedimos otra cosa a las administraciones que cumplan con sus obligaciones constitucionales y que velen por la conservación de nuestros bienes culturales y naturales. Ya es hora que se tomen en serio la protección del patrimonio. Nosotros no vamos a dejar de recordárselo.
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