Una vez más volvemos a constatar que los trabajadores de la Guardia Civil estamos solos y ni siquiera contamos con el apoyo de nuestro gobierno, quién debió haber ordenado actuar a la Fiscalía antes para acabar con este acoso impresentable en la localidad guipuzcoana de Oñate. Todos conocíamos el resultado, porque no se molestan en ocultar sus intenciones: acoso y persecución al guardia civil y todo lo que tenga que ver con él, incluidas sus familias, porque la cobardía y falta de humanidad no tiene límite entre los de esa calaña.
En la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) sabemos por desgracia que hay hechos que son previsibles por su reiteración en el tiempo. Hechos que corremos el riesgo se vuelvan rutinarios y se acepten como algo normal, una fiesta más del pueblo y, por lo tanto, dejen de importar a los gobernantes, a la sociedad y a la opinión pública. Y esto es precisamente lo que en AEGC no queremos que ocurra con lo que viene sucediendo en Oñate año tras año. Este sábado, una vez más, se ha escenificado una nueva pantomima para intentar amedrentar y amenazar a los guardias civiles destinados en el Puesto de la Guardia Civil. Amenazas que no sólo se dirigen hacia nuestros compañeros, también a sus familias: mujeres e hijos, que se verán señalados y vejados por los herederos del terror y la intransigencia terrorista; incluso deberán permanecer en sus domicilios para evitar a estos intolerantes e inquisidores para evitar que puedan sufrir agresiones.
La Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) no hemos querido ponernos la tirita antes de tener la herida, es que sabíamos lo que ocurriría, porque ellos mismos lo anunciaron sin ningún tipo de miedo a las consecuencias, por eso, como conocemos hechos anteriores y como sabemos que NADIE haría nada por remediarlo, hemos intentado que nuestros compañeros, al menos, se sintieran arropados por el resto de guardias civiles. Todos sabíamos perfectamente cómo iban a provocar altercados con los ciudadanos que tenga alguna relación con la Guardia Civil. Familiares, víctimas del terrorismo y en último lugar los vencedores de la lucha antiterrorista, los Guardias civiles, sufrirán una vez más insultos y amenazas por unos aprendices de supuestos gudaris con indudables reminiscencias a la NO DESAPARECIDA kale borroka.
Ante esos ataques deben saber que cuentan con todo nuestro apoyo, porque ya conocemos al responsable de Interior y su INACCIÓN Y PASIVIDAD para intentar la suspensión de tamaña indignidad. Un responsable que no se ha molestado en presentar un mísero escrito por si judicialmente hubiera algún ilícito penal. Eso sí, se tomó poco tiempo para decir públicamente que él defiende la libertad de expresión pero a los guardias civiles de Oñate y a su familias los ha dejado LITERALMENTE TIRADOS, porque el año pasado se lanzaron botes de humo al interior y no creemos que el ministro considere que eso sea libertad de expresión. Pero ¿qué podemos esperar los guardias civiles de nuestro Ministro cuando calla ante las declaraciones de sus propios compañeros y excompañeros de partido que una y otra vez ponen en duda nuestra profesionalidad a la hora de investigar los delitos de corrupción?. Probablemente considere que lo que ocurra el sábado en Oñate son también hechos aislados como en el Campo de Gibraltar.