¿A qué esperamos?

Vivas acude a Madrid a entrevistarse con una ministra a la que le quedan dos telediarios y medio. A transmitirle la situación de riesgo que se vive en Ceuta, la misma que trasladó al ministro Marlaska el mes pasado y la misma que debía conocer el Zoido Pinocho, el peor ministro de Interior para esta ciudad. El mismo día en que el presidente está en Madrid, en el muelle argelinos y marroquíes se lían a pedradas. Los primeros retenidos durante meses por una burocracia que no funciona y que lleva al bloqueo de estos inmigrantes cuyo único objetivo es salir pero que tienen vetados los canales oficiales. Como Ceuta es un caso aparte, constituye un limbo jurídico que nadie entiende, resulta que la Administración se permite el lujo de tener en el CETI a personas que han cumplido de largo el plazo de tiempo que establece como normal el Defensor del Pueblo, sin dar explicaciones, dando pie al aumento de un grupo que termina buscando vías de escape como sea y donde sea.

Los segundos, ejemplo vivo del coladero que ha sido, es y será la frontera del Tarajal, fácil de superar, burlar y violentar. Todo un espectáculo: las entradas irregulares se producen como quieren mientras tenemos a comerciantes, familias que quieren venir a Ceuta a gastar dinero o a pasar el día... a los que se les impide la entrada. No sé, no lo entiendo. Es todo un ridículo desastre que no tiene fin.

En ese particular coctel molotov aparecen los menores, cuya existencia importa bien poco a los que se llenan la boca con discursos de plañideros. Si fuera así hace tiempo que hubieran hecho algo más que mirar hacia otro lado. Hemos llenado el puerto de concertinas hasta cargarnos su imagen, y cada vez tenemos más riesgo, más descontrol, más desfase a todos los niveles.

Y en la otra parte de la historia están los agentes de las fuerzas de seguridad y los trabajadores que frecuentan este lugar porque es su punto de trabajo y que se convierten en diana de esta situación sin poder hacer algo más.

No sé, es todo tan de locos que asusta. Pero eso sí, vamos a Madrid a pedir ayuda, ¿cuál?, ¿a qué gobierno?, ¿con qué poder de decisión?, ¿para qué? Parecemos los loritos de barrio que repetimos siempre la misma cantinela a cada foro que vamos. Lo que Vivas trasladó ayer a Carcedo es lo mismo que le dijo a Marlaska y lo que antes le había dicho a Pedro Sánchez. Y lo que ya debería haber sabido Rajoy y todo su equipo. Así que quédense con la parte de la película que no nos cuentan: les importamos un carajo. O quizá, ya, ni eso.