Categorías: Sucesos y Seguridad

“A mi niño lo han abandonado”

Como cada día intenta ganarse la vida en las naves del Tarajal.

 

Es Mohamed El Adouzi, padre de Ibrahim, el joven de 28 años que desapareció en la madrugada del pasado sábado tras una persecución de la Guardia Civil a la lancha que ocupaba con otras tres personas, todas vecinas de Castillejos. Entre sollozos aporta los pocos datos que va obteniendo sobre la desaparición de su hijo, que son los que le han facilitado dos de los jóvenes que ocupaban la misma semirrígida que Ibrahim y que el pasado lunes regresaban a Marruecos tras ser puestos en libertad por la autoridad judicial. Mohamed quiere que se investigue lo ocurrido. Porque él tiene claro una cosa: que su hijo ha desaparecido. “A mi niño lo han abandonado”, lamenta. Su conversación se interrumpe porque recibe una llamada. Los porteadores pasan a su alrededor cargados de bultos, otros miran esperando que salga la mercancía de las naves, y Mohamed habla con un interlocutor que le informa del hallazgo del cadáver de un joven en Tarifa. “Nos dicen que puede ser él”, explica. (Horas después un familiar desplazado a la península les informaría de que el cuerpo no era el de Ibrahim).
La búsqueda sigue, al igual que la espera. En la noche del pasado lunes, la vivienda familiar de la barriada de ‘El Patio’ en Castillejos era un hervidero de personas que se acercaban a dar el pésame a la esposa e hijos del desaparecido. Dan por hecho que está muerto y también dan por hecho muchas versiones que todavía no se han aclarado. Por eso Mohamed busca claridad y hoy, contando con el apoyo de toda la familia, presumiblemente denunciará los hechos para, sencillamente, forzar así a una investigación.
La Delegación del Gobierno lo tiene claro, como también la Guardia Civil. En ningún momento vieron a más personas de las que detuvieron y en ningún momento se comunicó, ni siquiera a la autoridad judicial, que hubiera existido un choque con la patrullera oficial.
Mohamed mantiene lo que le han contado. “Mi hijo se fue el viernes. A mí no me dijo a dónde se iba, a su madre sí...”, comenta, introduciendo un viaje en semirrígida que siguen cada vez más número de jóvenes para ganarse la vida. “A mi hijo le han dejado en el agua”, sentencia, recordando lo que los compañeros de Ibrahim le contaron ayer mismo cuando acudieron al hogar familiar, tras ser puestos en libertad, para narrar que el compañero había desaparecido. “Los guardias civiles saben que mi hijo ha muerto, tienen que investigar los hechos porque a mi  niño lo han dejado tirado. ¿Por qué no lo han traído aunque sea muerto?”, explica.
Lo que quiere la familia El Adouzi son pruebas de lo que sucedió aquella madrugada y recuperar el cuerpo de su hijo para poder enterrarlo en Ceuta, ya que el traslado a Marruecos sería demasiado costoso para un núcleo familiar que pasa el día a día a duras penas.
La investigación que reclama esta familia no se ha abierto porque a ojos de la Guardia Civil nada hay que investigar. El Instituto Armado se defiende de las acusaciones de la existencia de algún choque entre la patrullera oficial y la embarcación que ocupaban los marroquíes. “Nunca la patrullera tuvo contacto con esa embarcación”, sentencia una fuente autorizada del Cuerpo. La Guardia Civil se aferra a sus partes internos, a la ristra de novedades que quedan grabadas en el centro operativo del COS y en las que nada se dice sobre la existencia de una cuarta persona en la lancha, ni, tampoco, de que hubiera habido algún accidente.
Es más. Cuando a los tres detenidos: Mohamed Saidi, Mohamed Chellaf y Moussin Bolaich (todos indocumentados) se les trasladó ante la autoridad judicial, éstos nada dijeron de la falta de un compañero ni de que se hubiera producido alguna actuación negligente de la Benemérita. Ahora todos ellos están en Marruecos, y son los que han trasladado estos datos a los familiares.
La investigación, así, resulta inviable. Lo que sí es cierto es que la madrugada en la que desapareció Ibrahim fue de todo menos tranquila, ya que el Servicio Marítimo de la Guardia Civil se enfrentó a dos salidas consecutivas de dos semirrígidas que terminaron, las dos, con huidas a la desesperada.
Según las notas internas de la Benemérita a las que ha tenido acceso este medio, la primera de las intervenciones se produjo a las 2.10 horas de la madrugada del sábado, cuando las cámaras térmicas del puesto de Benzú localizaron una lancha a una milla. La patrullera oficial quedó alertada, en pleno Poniente, localizando la lancha con tres personas a bordo. Emitiendo señales luminosas y acústicas les advirtieron para que pararan, pero los tres ocupantes optaron por darse a la fuga con maniobras evasivas y bruscas. Los tres fueron detenidos y subidos a la patrullera, siendo acusados de desobediencia grave y de poner en peligro a los agentes.
Tan sólo cuarenta minutos después se produciría la segunda de las persecuciones, la que tendría de protagonistas a los amigos de Ibrahim. El escenario, el mismo, Benzú. Las cámaras detectaron otra lancha que tras comprobar la presencia de los guardias se dio a la fuga. Se supone que Ibrahim iba de piloto. Según sus compañeros saldría despedido tras un impacto con la unidad de los agentes. Algo que niegan tajantemente en el Cuerpo. La versión oficial varía un poco respecto a la difundida en el día de ayer, tras la comprobación de todos los partes.
Ahora la Guardia Civil señala que cuando la embarcación se dio a la fuga dirigiéndose hacia Calamocarro quedó bloqueada al presentar daños mecánicos que le impedían avanzar además de golpes producidos por el choque con las rocas. El estado del mar impidió a la patrullera llegar hasta la zona en que estaba la lancha, a unos 25 metros de la costa, por lo que se dejó que las patrullas de Costas fueran las que practicaran las detenciones.
Los ocupantes de la lancha, dice ahora la Benemérita, se arrojaron al mar y nadaron hasta la orilla en donde fueron detenidos. Allí dos, porque el tercero se había escondido detrás de una roca y fue localizado con las cámaras. Los tres fueron acusados de un delito de desobediencia y resistencia. En ningún momento se ve a cuatro personas, sólo a tres. Asegura la Guardia Civil que fue cuando les detuvo cuando uno de los detenidos manifestó que faltaba el cuarto de los compañeros, desdiciéndose poco después.

 

Relación de datos

La guardia civil: Mantiene su versión
La Delegación del Gobierno avala la versión que la Guardia Civil ha dado de lo ocurrido. Desaparecido el joven, desde la Benemérita se mantiene que en ningún momento hubo choque de embarcaciones y que nunca se detectó la presencia de ese cuarto ocupante. Manifiestan que fue uno de los detenidos el que dijo que faltaba el compañero por lo que se llegó a activar un dispositivo de búsqueda por mar, contando con los GEAS. Después se anularía cuando la misma persona se desdijo de lo antes manifestado. Lo cierto es que sí faltaba un componente, y la Guardia Civil se pregunta por qué cambió la versión este detenido y por qué, cuando todos ellos fueron presentados ante la autoridad judicial, nada manifestaron.
La familia: Quiere claridad
Los padres de Ibrahim saben lo que los otros ocupantes de la lancha han dicho cuando han llegado a Marruecos. Han dado la versión del choque por eso reclaman que se abra una investigación. La Comandancia no la va a llevar a cabo, al menos de momento, porque tiene claros cuáles son los partes que se han ido dictando de cómo sucedió toda la persecución en la madrugada del pasado sábado.
La droga: Bultos al mar
En uno de sus partes internos la Guardia Civil indica que los ocupantes de la lancha arrojaron bultos de droga al mar en su huida. Lo que sucede es que no se localizó bulto alguno, así que los detenidos han sido acusados de un delito de desobediencia. Eso sí, en el parte se hace constar la desaparición de una persona porque uno de los detenidos dijo que esta se había producido.
Alarmas: Sin respuesta
En el día de ayer la familia recibió varias alarmas sobre la posible aparición de Ibrahim pero todas ellas eran falsas. Se les llegó a comunicar que incluso su cuerpo podría haber aparecido en Calamocarro, pero la información no era real. En la madrugada del sábado se produjeron dos persecuciones a dos lanchas distintas y 48 horas después tiene lugar otra escapada igual, por la misma zona, lo que viene a corroborar el incremento de las salidas de embarcaciones desde la zona del entorno del Perejil en dirección a la península.

Cuatro detenidos con 32 kilos de hachís a bordo de una lancha

Agentes del Servicio Marítimo de la Guardia Civil detuvieron ayer a cuatro personas implicadas en un presunto delito contra la salud pública tras ser interceptados en el mar, a bordo de una embarcación, con droga. El servicio, tal y como ha informado la Comandancia, se produjo a las seis de la mañana cuando los operadores de cámara térmica observaron la presencia de una embarcación con varios puntos de calor, próxima a la playa de Benzú. Ante la llegada de la unidad del Marítimo, se repitió la misma escena que lleva sucediéndose en los últimos servicios relacionados con el narcotráfico: que los ocupantes de la lancha se dieron a la fuga, o al menos lo intentaron, a pesar de que le fueron realizadas señales acústicas y luminosas para que se detuviera. Según el Instituto Armado en la huida realizaron maniobras evasivas que ponían en peligro la seguridad marítima. Cuando ya consiguieron bloquear a la embarcación, varios de sus ocupantes estaban arrojando fardos de droga al mar. Una forma de evitar, así, que sean sorprendidos con mayor cantidad de droga lo que no hace sino incrementar la pena carcelaria derivada de un delito contra la salud pública. Los agentes consiguieron recuperar uno de los paquetes que alcanzó un peso de unos 32 kilos de hachís, valorados en 49.000 euros. La embarcación fue detenida a unas 5,5 millas náuticas al través de playa Benítez, para ser trasladada al puerto deportivo, procediéndose al arresto de los cuatro individuos y a su trasbordo a la patrullera oficial. Allí ha quedado decomisada junto a las demás lanchas. Ésta se trata de una semirrígida de 3,9 metros de eslora y provista con un motor Mercury de 20 caballos. Los detenidos han manifestado ser súbditos marroquíes sin que se haya podido constatar ningún otro dato veraz. En la mañana de ayer fueron puestos a disposición judicial para su posterior entrada en prisión.

cedidas por la guardia civil Imagen del fardo recuperado por la Benemérita y la embarcación que fue aprehendida.

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