De visita en Ceuta, donde se entrevistó con Vivas, González Pérez y militares colombianos de la plaza, el embajador Carrillo Flórez repasa temas principales de su país y las relaciones con España Escuchando hablar al embajador de Colombia en España, Fernando Carrillo Flórez, esa manera de entonar palabras, de hilar ideas, de pararse en seco, toma fuerza la vieja creencia que señala que el español de los colombianos es posiblemente el más perfecto de todos cuanto están en uso. Presente en Ceuta gracias a la gestión de la senadora Luz Elena Sanín, Carrillo Flórez no elude tema alguno en esta entrevista concedida para ‘El Faro’ dentro de una maratoniana jornada que comenzó en Madrid, siguió en Málaga y concluyó en nuestra ciudad.
–¿Qué motivó su viaje a Ceuta?–Ya era momento de la primera visita que hace un embajador de Colombia a Ceuta. Tenemos un puente y unos vínculos indisolubles y muy firmes gracias a una senadora tan importante como es Luz Elena Sanín. Quería venir por lo que representa Ceuta como puente entre culturas y regiones y porque como ciudad autónoma Ceuta representa oportunidades de toda naturaleza. Nosotros hemos venido insistiendo en que Colombia se ha convertido en un paraíso para la inversión extranjera y que queremos fortalecer los vínculos comerciales entre las diversas comunidades españolas, entre las que por supuesto está Ceuta, y nuestro país.
–Y viceversa: inversión colombiana en España. –Desde luego: existen también posibilidades de inversión extranjera de Colombia en Ceuta y nuestra política exterior está mirando en estos momentos hacia África también y qué mejor que poderlo hacer desde aquí por los vínculos tan importantes que tiene Ceuta con el continente africano.
–Nada más llegar, recepción con el presidente ceutí, Juan Vivas.–Me ha impresionado el grado de conocimiento que el presidente de la ciudad tiene de América Latina y de Colombia y precisamente hemos estado explorando la posibilidad de ir con una misión a Colombia para mirar todas las oportunidades de cooperación en el campo comercial. Vamos a ver si de manera conjunta, como hemos venido haciendo con otras comunidades españolas, con las cámaras de comercio y con los empresarios, establecemos y fortalecemos unos vínculos que en muchos casos hoy en día son precarios.
–¿Cómo observa las elecciones del 15–J en su país?–Las elecciones ocurren en un momento crucial para la democracia colombiana. Nosotros tenemos una segunda vuelta donde se ha definido dos candidaturas que representan programas diferentes, lo importante de todo es que salga fortalecida la democracia de Colombia. Por supuesto que este Gobierno, y yo soy representante del mismo, se ha comprometido con el propósito de sacar adelante el proceso de paz.
–¿Ve cerca acabar con las FARC?–Todos creemos que es posible dejar atrás cincuenta años de guerras, más de 200.000 muertos, más de cinco millones de víctimas, y queremos que sea real la paz y la reconciliación en Colombia. Se ha avanzado mucho en la mesa de negociación de La Habana con la guerrilla de las FARC. Algún expresidente español ha dicho con muy buen criterio que el proceso de paz traspasó la línea de no retorno y lo que esperamos es terminar exitosamente ese proceso de paz con la guerrilla.
–¿Con quienes han ocasionado un dolor eterno y tan profundo, se debe entablar conversación?–Lo que se ha planteado en el marco del proceso de paz es un acuerdo de justicia, de justicia transicional que hoy tiene limitaciones. Es evidente que el Gobierno no ha ofrecido paz con impunidad como se ha querido manifestar por algunos. Lo que hay que buscar es una fórmula en donde se pueda resarcir a las víctimas, en donde haya criterios de justicia aplicable y no reine la impunidad. Hoy día hay escenario de justicia global y de justicia regional que impedirían que un escenario de impunidad estuviera presente en Colombia. Además, todos los acuerdos de La Habana van a tener que ser refrendados por el pueblo colombiano, es decir, que no estamos hablando de unas decisiones unilaterales que toman unos negociadores en La Habana sino acuerdos que van a someterse a una consulta popular para que sean refrendados por los colombianos.
–¿Las víctimas entienden este proceso?–Yo creo que el proceso de pedagogía de la paz es fundamental y este Gobierno ha sido de los pocos en el mundo que ha expedido una legislación sobre víctimas. Nosotros sabemos que las víctimas quieren que haya verdad, justicia, reparación, no repetición, y por supuesto estos son los escenarios de la reconciliación que son los que estamos buscando en este momento en Colombia.
–Después de una hipotética firma de paz, quedaría la ardua tarea de construir sobre la paz.–Así es. Lo más importante es tener claro cuáles van a ser las reglas de lo que se llama el posconflicto. Es evidente que no sólo la firma de la paz es muy difícil sino que hacer la paz es más complejo. Hacer la paz es más difícil que hacer la guerra. Hemos insistido en esto hace mucho tiempo, lo importante es que haya de nuevo unos escenarios después del conflicto que permitan a la sociedad colombiana aceptar de ahí en adelante un proceso de reconciliación. Si hay un proceso de reconciliación y hay posibilidades para las comunidades de vivir en paz, de trasladar a todas las regiones de Colombia un escenario permanente sin conflicto, vamos a tener éxito pero todos sabemos que no es una tarea fácil.
–Estamos pues ante un momento crucial, de tintes históricos, para Colombia.–Sin duda, sin duda. La decisión que se toma el domingo es trascendental y por eso es tan importante que todos los colombianos salgan a votar. En el caso de España, tenemos un potencial electoral muy alto, son más de 70.000 los colombianos que pueden votar y tenemos mesas electorales que en la mayoría de los casos están dispuestas en los siete consulados que tenemos en España y otras mesas electorales adicionales y por eso esperamos que los colombianos rompan la indiferencia y salgan a votar.
–Los colombianos que están en Ceuta, ¿dónde pueden votar?–Yo diría que, por la proximidad, en el consulado de Sevilla. Lamentablemente no tenemos al alcance traer las mesas electorales acá pero en un futuro, lo sabemos, habrá que pensar en otros mecanismos de votación como el voto electrónico, un soporte más cómodo que ojalá ya rija en Colombia para la próxima elección.
–¿Cómo valora la campaña electoral?–Ha sido muy difícil, una campaña muy polarizada, lo importante es que aquí la gente entienda que ha de votar para fortalecer la democracia.
–¿Cómo de diferente es Colombia ahora respecto a cuando tomó las riendas Santos?–Este es un Gobierno que ha mostrado muchos resultados en lo social, por eso además le hemos quitado de alguna manera las banderas de la reforma social a la guerrilla. Es un Gobierno que se la ha jugado por las víctimas, un Gobierno que desde el punto de vista de la estabilidad macroeconómica ha mostrado muchos resultados pues es una economía que está creciendo al 4,5 por ciento, que tiene un nivel de paro de un dígito, que maneja la tasa de interés, que tiene una tasa de inversión extranjera que es la más alta de América Latina. Las condiciones de la economía colombiana son las mejores de los últimos cincuenta años y por supuesto estamos buscando toda la estabilidad política que traería la paz también. Además de los dividendos económicos, porque han calculado los economistas que si logramos la paz va a aumentar en un punto o punto y medio el producto interno bruto de Colombia.
–La línea ascendente de Colombia y la crisis española, ¿deriva en que muchos colombianos estén emprendiendo el camino de regreso a casa?–Sí, yo creo que eso es cierto pero no es tan crítico como lo están presentando. Los colombianos se han integrado en la sociedad española, hay muchos colombianos nacionalizados y hay muchos que han encontrado la posibilidad de regresar pero no creo que las cifras sean tan altas como lo están indicando algunos sectores.
–Algunos de ellos, de los colombianos que permanecen en España, son militares, como los que ha saludado hoy (por ayer) en el Cuartel General.–Es una muestra inequívoca de la importancia de la cooperación internacional. El tener, como tenemos aquí en la Comandancia General de Ceuta, cuarenta militares demuestra cuan profunda es la relación entre los dos países. Tuve un intercambio importante con ellos, les estuve contando lo que ha sido nuestra lucha por la eliminación de la visa, el tema de lo que representan los derechos de dos nacionalidades, pues buena parte de ellos son colombianos y españoles, y estuvimos hablando con asuntos relacionados con sus familias y con la comunidad colombiana porque para eso son las representaciones diplomáticas en el exterior.
–¿No resulta cuanto menos paradójico que un diplomático secunde la permanencia de los ejércitos hoy día, en pleno siglo XXI, en la época de la palabra, de los acuerdos multilaterales, de los tratados?–Yo creo que precisamente los ejércitos se están transformando y cumplen misiones de otra naturaleza. Hoy por ejemplo los ejércitos cumplen misiones de paz, ojalá que nosotros en Colombia consiguiéramos la paz precisamente para eso. Estoy convencido de que la labor de las fuerzas militares en Colombia ha sido centrada en la preservación de la democracia y de cara al posconflicto. Cuando logremos la paz es por supuesto que va a cambiar la misión el ejército colombiano, nunca debilitándose sino por el contrario fortaleciéndose.
–¿Cómo se ha valorado en Colombia la abdicación del trono del Rey Juan Carlos I y cómo se vislumbra la era Felipe VI?–Hay que destacar la forma como el Rey se la jugó por la democracia, como se la ha jugado por Iberioamérica. La creación de la Secretaría de Cumbres Iberoamericanas fue iniciativa de Su Majestad. El Príncipe Felipe ha sido el mejor interlocutor para los mandatarios latinoamericanos, desde hace dos décadas, ha estado presente en las tomas de posiciones de todos los presidentes de Iberoamérica, de modo que Iberoamérica ve con los mejores ojos, con las más grandes esperanzas esa apuesta de futuro en el nuevo Rey y obviamente la gratitud y el reconocimiento a la labor del Rey Juan Carlos.
–Por último, García Márquez. ¿Que le merece la oleada de reconocimiento mundial que se ha desatado tras las muerte del genio?–Colombia no sólo demuestra hoy en día una gran potencialidad desde el punto de vista económico y social sino que además es una potencia cultural. Una de las grande fortalezas de Colombia ha sido su literatura, creo que el homenaje que el mundo le hizo a García Márquez es el homenaje al máximo embajador que ha tenido durante su historia reciente y por eso el legado que nos deja es ese: que la cultura colombiana va a seguir arriba en todas partes.