A la espera de las andaluzas

Los recortes realizados por el Gobierno del Partido Popular nos han puesto a todos en alerta. En tan sólo dos meses hemos visto lo que es capaz de hacer la derecha en el poder, y más aún con la mayoría abrumadora con la que cuenta el PP actualmente en nuestro país. Lo primero que hizo Rajoy como Presidente fue subir los impuestos. Aunque el líder de los populares se pasó toda la campaña prometiendo que no los subiría, su Gobierno ha realizado la mayor subida de impuestos en años, castigando especialmente a las rentas medias y a las rentas del trabajo.
Sus recortes comenzaron con la congelación del salario mínimo interprofesional y con la paralización de la aplicación de la ley de dependencia. Una decisión que ha dejado a más de 300.000 ciudadanos en situación de especial debilidad sin la ayuda y atención a la que tienen derecho por Ley.
Continuó dirigiendo su ataque contra los jóvenes, suprimiendo la renta básica de emancipación. Una ayuda para el pago del alquiler de la vivienda del que han venido disfrutando cerca de medio millón de jóvenes en España y que ahora ya no tienen, por decisión del Gobierno de Rajoy.
Además, nos intentó engañar asegurando que subía las pensiones. La subida del 1% supone un monto total de 1.000 millones de euros para el Gobierno, pero por el otro lado, le sube los impuestos a los pensionistas una media del 0,75% a través del IRPF, lo cual supone un monto total de 1.300 millones. El resultado es que les quita por vía recaudatoria más de lo que les sube la pensión.
La no reposición de las plantillas de los empleados públicos ha sido otra de las grandes decisiones del Gobierno en estos dos meses. No se cubrirán las plazas de quienes se jubilen, incluso en los servicios básicos, cubriéndose tan sólo una de cada diez. Es decir, de cada diez médicos, profesores o policías que se jubilen, sólo uno será sustituido. La desaparición de los otros nueve supondrá una merma en la calidad del servicio público que prestaban.
Podríamos seguir con la ampliación de las horas a los empleados públicos; la prórroga a la vida de las centrales nucleares, empezando por revocar el cierre de Garoña previsto para 2013; o el cambio por sorpresa y de forma unilateral del temario de oposiciones a profesor, decisión que ha tirado por tierra el esfuerzo y el tiempo de centenares de futuros profesores que habían preparado su oposición para este año 2012; y así hasta llegar a la última gran medida del Gobierno de Rajoy, la nueva reforma laboral. Todo esto en menos de dos meses y con la vista puesta en el próximo 25 de marzo, día en que se celebrarán las elecciones andaluzas y en las que los populares tienen depositadas grandes esperanzas. El señor Arenas no debe estar del todo contento con todas estas medidas, aunque sí satisfecho por lo que el Gobierno se ha reservado para el mes de abril. Esperemos que todo lo que avecinamos quede tan sólo en papel mojado, y que sindicatos y oposición puedan frenar el cúmulo de despropósitos que el Gobierno del PP está llevando a cabo desde que llegó a la Presidencia del Gobierno el pasado mes de diciembre.