A Javier Pérez, un millón de gracias

Mi  nombre es Rafael Odena Santiago. He sido alumno y monitor en la hípica de Ceuta, y compañero de este individuo, el cual está tirando por tierra el trabajo de todos aquellos que hicieron de este niño un jinete.
He decidido escribir este artículo, para contar la verdad de lo que está aconteciendo estos últimos días en la hípica de Ceuta y sobre todo en referencia a la persona que se está viendo afectada, su director Javier Pérez. Les aseguro que puedo contarles la verdad, porque todos aquellos que hemos crecido junto a él la conocemos, puesto que yo fui, junto a otros muchos, uno de los alumnos que tuvo la gran suerte de caer en las manos de este maravilloso señor.
Pero hay algo que no encaja en esta historia que nos intentan vender este individuo sin credibilidad alguna. Éste también era uno de esos alumnos que disfrutó durante años de todo lo que Javier nos brindó, alumno de carácter especial y algo tímido que con el tiempo se convirtió en todo aquello que ahora mismo leen ustedes en los periódicos sin cordura alguna. Muchos, al leer sus palabras y verlo en la televisión, nos paramos a pensar cómo pueden llegar las personas a cambiar tanto en tan poco tiempo. ¿Por qué?
Recuerdo allá por el mes de septiembre de hace ahora doce años cuando Javier Pérez llegó a Ceuta después de terminar sus cuatro años de estudios en la “Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre de Jerez de la Frontera”, mundialmente conocida y de gran prestigio y renombre donde jinetes olímpicos, como Ignacio Ramblas y Rafael Soto entre otros, prestaron su saber a Javier Pérez, el cual al finalizar sus estudios en la nombrada escuela, recibió una oferta de las autoridades militares de aquel entonces para intentar levantar la hípica de Ceuta, rechazando, al mismo tiempo, un puesto de trabajo en la referida escuela. ¡Y vaya si lo consiguió! En poco tiempo se disparó el número de alumnos, con el consiguiente número de caballos que Javier Pérez tuvo la necesidad de adquirir para así poder atender tanta demanda; avalándole siempre su diploma obtenido en Jerez, teniendo todos la certeza de que no podíamos tener un director, profesor o entrenador más cualificado.
Para todos nosotros, incluido el individuo que ahora solo intenta desprestigiarlo, era más o menos como un “dios de los caballos” que solo en títulos lo demostraba: “Monitor de Equitación”, “Juez Territorial de Doma Clásica”, “Juez Territorial de Doma Vaquera”, “Jefe Territorial de Saltos de Obstáculos”, y otros tantos que el gran currículum de este señor posee. Así que no sé cómo este individuo se atreve a decir que Javier Pérez no tiene titulación alguna para dar clases.
El individuo del que nos venimos refiriendo anteriormente ostenta simplemente el curso de Técnico Deportivo en Equitación (Nivel I), el cual es convocado anualmente y con una duración de tres meses y al que logró acceder mediante las pruebas de acceso celebradas el día 5 de octubre del pasado 2011. Y un par de meses después de conseguir su deseado titulo, sin apenas experiencia, desea gestionar el centro hípico ceutí, con la gran envergadura que ello conlleva.
Y sin perder el hilo de lo que aun quiero contarles. Al poco tiempo gracias a Javier, se formó un grupo de chavales que tenían como objetivo empezar a disfrutar compitiendo tanto en Ceuta como en la península. Este proyecto lo conseguimos gracias en primer lugar a la dedicación de Javier Pérez y Juan Antonio García Ponferrada y a las mil horas de clases que nos dedicaron de forma desinteresada; y en segundo lugar a los ponis y caballos que Javier Pérez puso a nuestra disposición.
De nada de esto se estaría hablando si no hubiera sido por ellos. Y como olvidar las clases magistrales que recibíamos de estas dos maravillosas personas: la de horas que echaron con nosotros desinteresadamente, quitándoles tiempo a sus familias, y que hicieron por su pasión a los caballos y admiración a sus jinetes. ¿O es que ya no te acuerdas?
Conseguimos en esos años que Ceuta y su hípica tuvieran un nombre y un reconocimiento fuera de sus tierras, lo que nadie había conseguido en este deporte. Viajamos por varios lugares: Rota, Chiclana, Estepona, Puerto Real y La Dehesa de Montenmedio en Vejer; disputamos los primeros juegos ecuestres andaluces y el campeonato de ponis...
Donde había un concurso allí nos apuntábamos con nuestro viejo camión azul. Y siempre con nuestro director a la cabeza, que se ocupaba absolutamente de todo. Como yo siempre he dicho: “Era y será nuestro padre de los caballos”.
Ganamos medallas y trofeos en todas las competiciones en las que participamos. Éramos una “piña”, una familia que se alegraba de cada una de las victorias que indistintamente cada uno de sus miembros iba logrando. E incluso, el individuo que actualmente desprestigia tanto nuestra hípica como a su director, fue uno más en esta familia, con el que yo mismo compartía habitación donde comentábamos los éxitos, derrotas y cómo serian las siguientes jornadas. ¿Te acuerdas?
Podíamos estar días y días comentando nuestras vivencias junto a los compañeros con la sonrisa inocente que esbozábamos en nuestros rostros durante aquellas andanzas junto a nuestro director, profesor, padre, amigo y compañero Javier Pérez.
Elegí la equitación como mi deporte, en la que él nos enseñó valores como el compañerismo, amistad o lealtad. Valor este último que ahora y más que nunca todos los que formamos esta historia seguimos mostrando a Javier Pérez, excepto uno, que ha decidido arremeter contra él.
Me consta que hoy en día el trabajo realizado en la hípica de Ceuta sigue siendo muy encomiable y muchas familias ceutíes disfrutan de algo tan bonito como el mundo del caballo. Les aseguro que solo deseo que a Javier no se le acaben las ganas ni la ilusión de seguir luchando por lo que quiere y es su pasión. Ojala cuando yo tenga hijos pueda ponerlos en sus manos, como mis padres hicieron conmigo y por supuesto  mi objetivo no será que los prepare para unas olimpiadas, solo que vivan y aprendan todo lo que yo he vivido y aprendido.
GRACIAS MAESTRO POR TODO LO QUE NOS HAS DADO Y ENSEÑADO. TE ESTARE ETERNAMENTE AGRADECIDO.