Desde el pasado 13 de marzo la frontera de Marruecos y Ceuta es impenetrable. A un lado está Marruecos: África. Y en el otro, España: la puerta a la Unión Europea. El destino deseado para miles de inmigrantes que sueñan con cruzarlo. Pero cuánto ha cambiado la historia. Ahora no son inmigrantes los que desean cruzarla, sino españoles o residentes que llevan media vida en nuestro país. También ceutíes que están atrapados en un país que no es el suyo.
Este es el caso de Randa Mustafa Boughaba, una joven ceutí de 26 años que vive cerca de la Antigua Estación del Ferrocarril. “Nací en Ceuta, mi padre también y mi madre es la que es de Marruecos. Ellos viven en Castillejos, donde estoy ahora, pero yo vivo y trabajo como dependienta en Ceuta”, comentó.
A primeros de marzo tenía unos días de vacaciones y Randa decidió irse a Castillejos para pasar unos días con sus padres como había hecho tantas y tantas veces. Jamás pensó que fueran a cerrar la frontera del Tarajal como medida de contención ante una gran pandemia como la que ha provocado el coronavirus.
“Tenía vacaciones en el trabajo y me vine aquí unos días porque tenemos una casa, pero primero me fui a Rabat para despejarme y entonces es cuando pasó lo del cierre de la frontera por el confinamiento. Vine sola a Castillejos porque mis padres aunque tienen otra casa en Ceuta normalmente están aquí, en la de Castillejos. Antes de esto, no había problemas. Muchas veces yo salía de trabajar y me venía a verles y volvía a Ceuta al día siguiente. Jamás imaginé algo así”, explicó.
Randa estaba en Rabat cuando la frontera de Ceuta permaneció unas horas abierta para permitir regresar a toda prisa a muchos españoles, pero la ceutí no pudo llegar a tiempo.
Lo que más le preocupa ahora es que si no vuelve cuanto antes, perderá su puesto laboral. “En el trabajo me dijeron que iban a cerrar todas las tiendas, que podía quedarme con mi familia si quería porque no iba a tener que trabajar, y me quedé pensando que cuando se terminara el confinamiento abrirían la frontera o habría barcos o algo, pero nada”, continuó.
Con la esperanza de que Baleària la llamase, Randa se inscribió en el barco del 28 de mayo ya que en el primero del 22 no pudo porque “era solo para coches”. Ha seguido rellenando los formularios para los siguientes barcos pero ha corrido la misma suerte. “Me contestaron que la solicitud se hizo correctamente y desde entonces llevo esperando. Estoy en un grupo en Facebook y hay muchas personas así y estoy viendo que están llamando a gente y a nosotros no. Nadie te da una respuesta. Esto de verdad que es desesperante”, prosiguió. Randa critica que tanto la Embajada como los consulados no están haciendo nada por ayudar “a las muchas personas que estamos aquí: enfermas, embarazadas, que han perdido su trabajo, que se les han muerto familiares y muchas situaciones peores que la mía”. “Llamé a la Embajada llorando, les conté mi caso, que voy a perder mi trabajo, y me dijeron que tenía que esperar que hay una lista y que tenía que tener paciencia y ya está. No hay ninguna otra solución”.
En la tienda en la que trabaja hicieron un ERTE, pero la semana pasada ya abrieron de nuevo y necesitan que la ceutí vuelva para reincorporarse cuanto antes. Si no vuelve podría perder su puesto de trabajo.
“El Consulado de Tetuán no responde al teléfono, es penoso. También hemos estado viendo que a gente con residencia les han llamado a pesar de registrarse después de mí. Estamos escuchando muchos rumores sobre que hay cosas raras y demás, la verdad no sabemos qué está pasando”, continuó.
Su padre, un ceutí de 62 años, también necesita volver a Ceuta porque es diabético y asmático. “Necesita entrar para que lo vea su médico y le dé sus medicamentos, está tomando los que hemos comprado aquí, pero no le hacen el mismo efecto que los que utiliza siempre y es que nadie te ayuda. Hay muchas personas que estamos aquí y nadie nos hace caso. Por eso la Delegación del Gobierno que haga algo porque no vemos ningún cambio y no podemos seguir así. No le deseo esto a nadie”, concluyó.
Más de 1.200 personas, entre españoles y residentes en España, serán repatriadas mañana y el jueves en dos ferris de la compañía Balearia que saldrán del puerto marroquí de Tánger Med con destino al español de Málaga.
Serán el séptimo y octavo barco de repatriación que saldrá a primera hora de la tarde desde Marruecos con destino a nuestro país.
La importancia de todos estos ferris de repatriación estriba en el hecho de que el país vecino aún no ha anunciado una fecha para la apertura de sus fronteras, por lo que no existe posibilidad de prever viajes durante el próximo verano.
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