Cuando estaba viendo la nueva serie española que se estrenó hace unos días en un canal público, dedicado a los homicidios que habían ocurrido en España recientemente, e investigado por un grupo de personas profesionales de la investigación policial, me vino a la memoria una narración que me la dio una persona muy querida por mi y que tenía anotada en mi libreta de apuntes hacía ya unos pocos de años creo que está fechada en los años ochenta al principio, “moco de pavo” ya hace unos pocos de años me acuerdo que mi padre, que Dios lo tenga en su santa gloria, me dijo que había venido la cuñada de una clienta suya y le había dicho que estaba allí porque le habían avisado que su hermano se encontraba muy grave en la casa aquejado de una enfermedad muy rara.
Como es lógico es una cosa natural pero yo no le di ninguna importancia hasta que al cabo de una semana aproximadamente me fue diciendo a manera de completar la noticia que la misma le había confesado que “durante unos pocos de días antes de que tuviera la comunicación por parte de su cuñada que su hermano estaba enfermo, había tenido un sueño muy reiterativo donde veía metido en una cama al hermano envuelto completamente por una serpiente, que tenía la cabeza mirando hacia la cara de mi hermano. La verdad que fue una experiencia muy mala ya que no podía seguir viendo este espectáculo tan raro y espeluznante teniendo que buscar la manera de salir de este sueño y quedándome desvelada durante casi toda la noche ya que soy una persona muy miedosa y esto para mí era una cosa fuera de lo común. Intenté buscarle explicación a este sueño ya que a mi siempre me ha gustado buscar la solución a todas las adivinanzas, pero no encontraba ningún vínculo para poder dar explicación a estas imágenes que no se me borraban de la cabeza. Llevaba con mi hermana tan solo tres días y parecía que los vómitos, diarreas que eran continuas cuando llegué parecía que se le habían quitado. Estaba muy orgullosa por ello y entonces fue cuando el sueño volvió a aparecer pero esta vez vi que la cara de la serpiente tenía el rostro de mi cuñada, la mujer de mi hermano, esta pista me hizo la verdad poner un nuevo interrogante, y a la vez ponerme en guardia, a lo que estaba pasando en la casa donde ahora estaba yo cuidando a mi querido hermano.
Pregunté al hombre de la tienda donde normalmente compraba mi cuñada que era lo que ella se llevaba y me dijo que lo normal pan, fruta, legumbres, refrescos, yogures y flis para los mosquitos. Esto último me dejó un poco perpleja ya que yo venía de un pueblo de Sevilla donde por culpa de los sótanos que los teníamos llenos de mosquitos en las casas la única forma que teníamos de estar tranquilos era comprando productos para matar a los mismo tanto con aerosoles, como con pastillas o con lociones que se ponían por todo el cuerpo. Sin embargo en la casa donde actualmente yo estaba no se veía ningún animalito que tenía la mala costumbre de picar chupando la sangre a todo el que se ponía a su alcance produciéndole unas ronchitas que lo que teníamos que hacer era arrascarnos durante un buen tiempo. Esta primera pista y luego ver que en el cuarto que tenemos de desahogo en la zona comunitaria tenía un montón de frascos de flis me puso en guardia. Viendo que mi hermano se encontraba mucho mejor decidí marcharme hacia mi casa ya que no podía dejar por mucho más tiempo mi familia desaviada. Pero a los pocos días recibí una nueva llamada telefónica donde me decía mi cuñada que había recaído mi hermano. No esperé ni un momento más y me desplacé hacia Ceuta, para estar junto a mi hermano. Cuando llegué lo primero que observé que esta vez estaba mucho más malo que la vez anterior, se había quedado prácticamente en los huesos, y que la diarrea era continua y que no le daba tiempo de levantarse de la cama, yo lo achacaba más bien a la endebles, cuando se lo hacía encima, teniéndole que lavar continuamente y el engorro que todo esto conlleva. Tomé la decisión de llevarlo al médico. Cogí un taxi y me presenté en urgencias y le expuse al mismo lo que le pasaba a mi hermano. Allí quedó ingresado durante una semana dándole el alta y desplazándose nuevamente hacia su casa. Viendo que se encontraba bien pues tuve que irme otra vez hacia mi casa. Pero a los pocos días recibí otra llamada telefónica indicándome esta vez que estaba en el hospital. Cuando llegué a los dos días ya que estaba vez no pude salir tan deprisa como quería haberlo hecho, me lo encontré la verdad mucho mejor comiendo incluso sólido. Entonces fue cuando me dirigí sin esperar mucho tiempo a hablar con el médico de guardia que estaba en planta y le expuse todo lo que había sufrido mi hermano durante este último mes, dándole a entender que podría tener relación algo exterior que podría tener la culpa del estado de salud de su hermano. Haciéndole entonces una serie de analíticas que nunca habían hecho. Estaban buscando algún fármaco, o algún tipo de veneno que pudieran haberle estado suministrando a mi hermano. Y entonces solo entonces fue cuando apareció lo que me estaba yo oliendo. Un producto que era la base de los aerosoles para poder matar a los mosquitos. Entonces fue cuando cogí por banda a la cuñada y le canté las cuarenta”.
A partir de aquí la verdad que aunque estuve buscando alguien que me pudiera decir algo sobre esta historia nadie me dijo en absoluto lo que podría haber deparado esta narración. Solo decir que vi en muchas ocasiones en diferentes lugares de la ciudad a esta persona pero sola sin el marido que según dijo su cuñada intentó ponerle dirección hacia otro lugar pero no terrenal. Cada uno al final se fue por su sitio, como era lo normal ante este cúmulo de datos desafortunados producido según parece por una persona.