Ni antes ni durante su fuga Yousef Mohamed Lehrech, alias el Pastilla, ha estado solo. La red que le ha permitido evadir a las autoridades durante un mes va desde su hermano hasta una familia con vínculos en Ceuta pasando por una pareja en Francia. La Udyco central, la de Algeciras y Ceuta han trabajado coordinadas en su búsqueda y captura.
A los agentes del Grupo de Localización de Fugitivos de la Policía Nacional, que han coordinado su búsqueda, todo les hace pensar que su huida de la cárcel madrileña de Alcalá-Meco estuvo meticulosamente planificada, señalan a EFE fuentes de la investigación.
Primero, sospechan los investigadores, contó con la colaboración de su hermano, quien un mes antes denunció la sustracción de su documentación sin que fuera cierto para que el Pastilla se hiciese pasar por él una vez en la calle.
El 23 de diciembre se reunió con sus familiares en el locutorio del centro penitenciario y, aprovechando la alta afluencia propia de las fechas navideñas, logró pisar la calle sin que sonasen las alarmas.
Según las primeras pesquisas, en las inmediaciones del penal le esperaba un segundo cómplice a bordo de un coche, con el que cruzó la frontera española con Francia aprovechando la libre circulación de personas que permite el espacio Schengen.
En un primer momento, un equipo conjunto de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (UDYCO) de Ceuta y Algeciras y el Grupo de Respuesta Especial para el Crimen Organizado (GRECO) del Campo de Gibraltar le estuvo buscando por el sur de España.
La Policía estableció guardias para seguirle la pista
Sin embargo, una de sus primeras guaridas la estableció en la ciudad gala de Montpellier, donde reside una pareja con la que pasó un tiempo. Los agentes, conocedores de esta situación, le pisaban los talones.
La Policía Nacional se puso en contacto con sus homólogos franceses, pero la lenta coordinación de estos con las autoridades judiciales propició que el Pastilla prosiguiese su fuga hacia el norte, subrayan las fuentes.
Se desconoce cómo -aunque seguro que no fue ni en avión ni autobús, pues se hubiese delatado-, pero llegó hasta Colonia (Alemania), donde una familia de origen marroquí que había residido en su Ceuta natal, pero sin ningún vínculo con actividades criminales, le dio cobijo.
Con una orden de detención europea en vigor y todos los ojos encima, las autoridades le tenían cada vez más acorralado. Incluso llegó a ser grabado por una cámara de circuito cerrado de televisión en las proximidades del domicilio en el que se escondía.
Encontraron al Pastilla a 500 kilómetros al este de Colonia
Aunque en un primer momento dudasen de si era él, los agentes del Grupo de Fisonómicos de la Comisaría General de Policía Científica lo corroboraron, prueba con la que solicitaron a las autoridades alemanas que prestasen máxima atención a sus movimientos y a los de su entorno.
No le localizaron en Colonia, sino a 500 kilómetros al este, en las proximidades de una estación de tren de Leipzig, desde donde los investigadores intuyen que planeaba proseguir su huida a otro país, o a otro punto de Alemania.
Tras su detención la tarde de este jueves, el Pastilla comienza ahora un viaje a la inversa para deshacer los cerca de 1.700 kilómetros que ha recorrido desde la víspera de la pasada Nochebuena.
A la espera de la orden de extradición para llevarlo a una prisión española
Una vez un juez alemán autorice su extradición, las autoridades españolas lo repatriarán para ponerlo ante la autoridad judicial por un delito de quebrantamiento de condena y regresará a prisión, donde estaba recluido de forma preventiva por dos delitos de asesinato.
Aunque es difícil vaticinar cuánto se demorará el proceso, las fuentes consultadas por EFE auguran que puede ser breve, dado que la existencia de una orden de detención europea suele facilitar los trámites.
El Pastilla está acusado de asesinar a uno de los considerados capos de la droga de Ceuta, Nayim K.A., apodado Tayena, a quien el 12 de abril de 2023 descerrajó un disparo en el pecho en Los Barrios (Cádiz), y a un joven al que mató en Algeciras al confundirlo con otra persona.
Que un supuesto asesino acabe con otro supuesto asesino no es problema, el problema es que le haya quitado la vida por "error" a un chico que nada tiene que ver por haberlo confundido con otro. Que se pudran en la cárcel. Leyes más duras hacen falta, sobretodo la ley del menor.
Se haría un Puigdemont en algún maletero; ahora que se escape del avión que lo trasladará ( pero sin paraca)
Prisión para toda la vida