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Adultos y menores usan el puerto como plataforma para escapar de Ceuta
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En las últimas semanas se ha incrementado la presión, así como los episodios violentos entre grupos
Vuelven a repetirse las escenas que han causado hartazgo entre los comerciantes del puerto. Cada vez son más y su objetivo único de colarse en algún barco les lleva no solo a arriesgar sus vidas sino a protagonizar, también, enfrentamientos más o menos violentos. El resultado es que tienen asustados a los propios comerciantes, que clientes potenciales ya ni se acercan por ese mismo temor y transportistas están desesperados porque ya no saben a quién recurrir para evitar robos o que los inmigrantes se les cuelen dentro de las bateas.
En la tarde de ayer se repitieron escenas de marcada tensión, provocando la intervención de Guardia Civil y Policía Portuaria. “Cada vez hay más y cada vez hay más menores”, apunta una fuente policial. Menores y mucho residente del CETI, que incluso muestra sus tarjetas rojas que les identifican como solicitantes de asilo. Son argelinos que intentan salir a la desesperada de Ceuta, porque para ellos no hay salidas organizadas como ocurre con los subsaharianos.
A esta presión se añade la que termina dando pie a situaciones puramente delincuenciales. Menores drogándose a plena luz del día, que suben a los techos para evitar así ser interceptados por las fuerzas de seguridad, robos, agresiones... Esta misma semana se han producido dos importantes, que han dejado a dos MENA heridos tras recibir puñaladas. En los dos casos se detuvo a los presuntos autores. Guardia Civil interceptó a un menor que ha terminado quedando en libertad al no ser reconocido por la víctima; CNP arrestó a un adulto que tiene prorrogada la detención a la espera de ser reconocido en rueda por el menor que terminó con lesiones por arma blanca en distintas partes de su cuerpo. Son episodios que han salido en los medios, pero no son los únicos. Algunos ni llegan a trascender porque o no hay denuncias o las víctimas terminan ocultándose. Lo que sucede en el puerto es otro mundo, forma parte de un escenario de cada vez más abandono y que genera miedo entre los viandantes.
Esta situación provocó que la Delegación del Gobierno organizara una junta de seguridad para abordar de manera específica esta problemática. Se han puesto muchas promesas encima de la mesa, pero la conclusión final es la que se ve todos los días, la que sufren los comerciantes del puerto: los menores de ser interceptados vuelven otra vez a la calle y los adultos no pueden ser devueltos a Marruecos ya que en su amplia mayoría o son argelinos con petición de asilo en curso o dicen serlo y, ante la falta de comprobación, siguen viviendo en las escolleras.