Los impulsos que pueden decidir a un hombre a dar el paso, el deseo de ser considerado, el anhelo de merecer respeto, la ambición de honores, la rehabilitación del honor personal y conquista de honores militares.
La vanidad, muy humana y muy típica de lucir un pintoresco uniforme y por último, la debilidad de los hombres fracasados, en otros campos de acción, a quien debemos considerar con enorme piedad.
El fundador, Millán Astray, ofrece sólo dos cosas: El Título de Caballero y la posibilidad de ganar galones y estrellas.
El consuelo de encontrar refugio inaccesible al hambre y a la miseria.
La Legión os ofrece olvido, honores, gloria, tendréis que darlo todo, sin pedir nada, los sacrificios han de ser constantes, los puestos más duros y de mayor peligro, serán para vosotros, combatiréis siempre y moriréis muchos, quizá todos.
El Espíritu de Compañerismo, cuando se refiere a la armonía y buena correspondencia entre compañeros, para desarrollar este Espíritu se entiende como el compromiso que impulsa a entregarse mutuamente, con generosidad y desinterés en beneficio del compañero.
A lo que el Fundador del Tercio, Don José Millán Astray y Terreros a través del Bushido, el Código de Honor de los Samuráis tradujo.
El Espíritu de compañerismo
Con el sagrado juramento de no abandonar jamás a un hombre en el campo, hasta perecer todos.
Don José Millán Astray dejó esta poderosa demostración de preparación, esfuerzo y eficacia basada en el Bushido, cuyos ideales son" No dejarse sobrepasar por nadie ni sus ideales, Servir al Jefe Supremo, Ser fiel a los padres, Ser piadoso y sacrificarse en bien de los demás.
"Si hay diez sillas vacías, yo permaneceré de pie pero...que nunca le falte el sitio a mi compañera"
Son los cuatro votos, que impone el Bushido, La Muerte, la Fidelidad, la Dignidad y la Prudencia así como la vía de los Caballeros, Culto al Honor, Culto al Valor, a la Cortesía y el Culto a la Patria.
Y en mis plegarias cuando me llegue el último aliento de nuestras vidas, como dijo nuestro Fundador, "jamás huiremos y jamás nos rendiremos, quedaremos tendidos mirando al sol para permitir que nuestro Señor sea el compañero que me levante".
El Espíritu de amistad
El Espíritu de Amistad es una experiencia de comunión con Dios, con la naturaleza, con los demás y con uno mismo. Es una amistad que exige atención constante, saber escuchar y actuar fielmente.
Del Bushido, nuestro Fundador lo tradujo para el Credo.
El espíritu de amistad: De juramento entre cada dos hombres.
En las filas de La Legión se admitieron ciertas condiciones, ser españoles o extranjeros, cuya edad no excediera de los cuarenta años.
No se exige documentación, así como las otras ventajas como las primas de enganche, los ascensos en paz y en guerra, cruces y medallas.
Validez para los españoles del tiempo servido en el Tercio de Extranjeros como servido en las filas del Ejército.
El Espíritu de sufrimiento y dureza
El sufrimiento genera amor hacia el que sufre, un amor desinteresado para ayudarlo aliviándolo.
El Teniente Coronel Jefe del Tercio de Extranjeros, volvió a traducir del Código de Honor de los Samurais:
El Espíritu de Sufrimiento y Dureza : No se quejará de fatiga, ni de dolor, ni de hambre, ni de sed, ni de sueño; hará todos los trabajos, cavará, arrastrará cañones, carros; estará destacado, hará convoyes, trabajará en lo que le manden.
Como arden nuestros corazones, a los Vivas Reglamentarios con el Gorrillo en la mano y el brazo en alto, y si alguna vez en el Espíritu de Unión y Socorro, uno queda en el acantilado o en la cuneta, con razón o sin ella, al grito de acudir al fuego, siempre estaremos unidos, sin contar los días, los meses ni los años.
Porque la Legión es Inmortal y no es como empieza cada combate, cada jornada, cada batalla, si no como acaba, y como un solo corazón, ese huracán de guerra, me va llamando cuando desfila La Legión.
"Quizá me llega la hora del adiós, pero pienso regresar no será una despedida. Dejo para el final los abrazo"
Cada uno será lo que quiera, pero juntos Formamos Bandera y si causa furor aparecer por la Posición A donde dio sus primeros pasos la Primera Bandera.
Javier, ¡Gracias por defendernos!
Así fueron las palabras que recibí del Ilmo. Sr. Coronel Don Ángel Moreno Rodríguez, ostentó el mando del 2º Tercio en el período 1990/1992.
Fueron tiempos duros donde la Legión no podía mantenerse acuartelada porque siempre tenía que estar para cubrir los puestos de mayor riesgo y fatiga.
Diez años antes de ser nombrado Legionario de Honor, ya escribía yo de La Legión, el título decía "La Legión algo muy nuestro".
Si hay diez sillas vacías, yo permaneceré de pie pero... que nunca le falte el sitio a mi compañera.
Lamentando a veces porque el Heliógrafo no sintiera las doce balas de cañón o las señales mi fragata anclada en la bahía no sintiera el envite de los momentos, que el agua entraba por los ventanales si el ardor guerrero serán mis pasiones inmortales.
Quizá me llega la hora del adiós, pero pienso regresar no será una despedida.
Dejo para el final los abrazos, las palmadas en mi rostro, las miradas con ese cariño y afecto que me dice que cada vez que mi corazón retumba por un picacho batido por los vientos: ¡Si La Legión no me falla, cómo iba a fallarle yo a ellos!