Según los últimos datos del Observatorio Nacional de Seguridad Vial, presentados en la Jornada 'Somnolencia y Conducción' organizada por la DGT, en 2021 la somnolencia estuvo presente en el 7 por ciento de los siniestros mortales en las carreteras españolas, incluidas las de Ceuta, lo que significa que 77 personas fallecieron por este motivo.
Con los datos de la última década, de media cada año fallecieron 75 personas y otras 250 resultaron heridas graves, lo que pone de manifiesto la magnitud de este problema.
Conducir con falta de sueño o bajo los efectos del alcohol, multiplica por cinco las probabilidades de sufrir un siniestro de tráfico, pero puede llegar a multiplicarse por 30 cuando concurren ambos factores.
Las horas más peligrosas
Para que nos demos cuenta de la peligrosidad del sueño al volante, ir por una autopista a 120 km/h y pegar una cabezada de dos segundos, por ejemplo, supone recorrer una distancia equivalente a dos campos de fútbol sin control.
Las horas más peligrosas son entre las 3 y las 5 de la madrugada y las 2 y las 4 de la tarde. Incluso aunque se haya descansado bien la noche anterior, en estas horas suele aparecer el sueño, ya que el cuerpo se encuentra más acostumbrado a permanecer en estado de reposo en este horario.
En cuanto se noten los primeros síntomas de sueño es conveniente parar y despejarse. Si es necesario, se puede dormir una pequeña siesta de 20 minutos. Para ello, conviene buscar una zona segura, como un área de recreo.
Los conductores tienden a pensar que el sueño aparece en los viajes largos, pero también puede que sintamos somnolencia en los trayectos más cortos, especialmente si se realizan por autopistas, en las que circular es más monótono. Descansar la noche anterior a emprender un viaje en carretera es fundamental. Lo ideal es dormir al menos siete horas.
Recomendaciones
Durante la conducción no hay que adoptar una postura excesivamente relajada. Para mantener el tono muscular conviene tener la espalda recta y ambas manos en el volante.
La calefacción es un enemigo de la seguridad. En un vehículo con mucho calor resulta más fácil tener somnolencia. Si es el caso, se puede encender el aire acondicionado, de manera que el aire llegue al pecho o a las manos del conductor. Otra opción es abrir las ventanas unos segundos para que la temperatura del habitáculo baje unos grados.
Las comidas copiosas producen sueño. Cuando se hace un viaje en carretera hay que evitar alimentos que den lugar a digestiones pesadas. Lo mejor es decantarse por frutas y verduras, o una comida ligera.
Si el trayecto en coche se realiza junto a una persona que tiene carné de conducir, es muy efectivo establecer turnos de conducción. De esta manera se alternan los periodos de atención a la carretera y el descanso, con el fin de estar siempre en perfectas condiciones.
Con sueño puede ser en carretera abierta, pero en ciudad creo que los accidentes son causados por otras cosas.