Cuando el otro día vi en el periódico que por parte de la Ciudad Autónoma se colocaba una gran bola para Navidad en pleno centro de la Gran Vía, lo primero que se me pasó por la cabeza fue el problema de los taxis a la hora de dar la vuelta a la altura del hotel y después dirigirse a la parada. Se consideraba como la gran sorpresa de cara a las Navidades para este año.
Sin embargo, el viernes viajé a la Península y en el barco me llevé la gran sorpresa cuando leí en el periódico que a las veinticuatro horas estaban retirando la bola gigante porque se podían producir problemas de hundimiento del firme, debido a que abajo se encuentra el aparcamiento subterráneo y aparte resulta que existirían dificultades si los bomberos tienen la necesidad de entrar en Gran Vía ante cualquier emergencia.
Se me vino a la cabeza hablar del delegado ejecutivo que lleva la responsabilidad de Festejos, Eduardo Ayala, que ha se ha lucido en los pocos meses que lleva en el cargo. Primero fue con el carnet de guardia civil que llevaba en su moto y que lo había realizado, según explicó, para una fiesta de carnavales. Pero es que ahora se ha llevado el premio con la bola sorpresa de nuestras Navidades. Es verdad que todos se pueden equivocar, pero no se le ocurrió solicitar los informes oportunos por parte de los técnicos que tiene la Ciudad Autónoma.
Contaba Carmen Echarri en su columna de ayer sábado que el presidente Vivas se dedica a repartir cargos y que al final la mayor parte de los mismos no tienen la suficiente experiencia para mejorar la vida de los ceutíes. Pero no son ellos los que tienen la culpa de esas equivocaciones, sino el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan Vivas.
"Es como la equivocación de los parlamentarios al aludir a El Encuentro, ¿a quien se le ha ocurrido semejante desfachatez?"
La dificultad resalta en esa cabezonería de cambiar la lista electoral de la anterior legislatura porque quería caras nuevas. Es verdad, es bueno que haya caras nuevas, pero no elegir a cualquiera que pasaba por allí. Ciudadanos, en gran parte, que nunca habían pensado en participar en política, ni tampoco eran ni militantes del Partido Popular. Personas que fueron fichadas a lazo por parte del presidente Vivas en el último minuto.
Y luego vinieron los directores generales, donde si había personas con una gran experiencia política y que han estado en distintos gobiernos del presidente Vivas, que no reunían la condición de ser caras nuevas. ¿Pero que es más importante, ser caras nuevas o contar con experiencia y haber demostrado una suficiente calidad a la hora de participar en el Gobierno?
Y no digamos nada de muchos de los asesores delegados, como el responsable de Festejos. Pero nada más que llevamos cuatro meses de legislatura. No quiero pensar como estará la situación, a medida que vayamos avanzando en estos próximos años. Porque estoy convencido que no por pasar el tiempo irán mejorando, sino que continuarán equivocándose de manera grave.
El Partido Popular en el la Ciudad Autónoma, con nueve escaños, no está para pensar en las musarañas. Es como la equivocación de los tres parlamentarios que afirman que la concentración de hoy debe ser un Martes Santo como El Encuentro. ¿A quién se le ha ocurrido semejante desfachatez? ¿Qué tiene que ver la amnistía, por mucha traición de Sánchez, con el Nazareno y la Esperanza?
Volviendo al presidente Vivas, que es el responsable de ese desastre con determinados integrantes del Gobierno, su equivocación ya no tiene marcha atrás. No olvidemos que las equivocaciones se pagan y las pagarán todos los ceutíes.