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Desde Cultura explican que los trabajos solo se pueden acometer en “época de parón”
Hace varios meses que unos 40 asientos del Auditorio del Revellín se encuentran inutilizables y, con ello, sin poder ofertar dichas localidades al público, así lo confirmaba la Consejería de Cultura, desde donde aseguran que “la técnico ya está avisada, pero los trabajos solo se pueden acometer en época de parón en la programación”.
Cultura explica que las previsiones son que a partir del próximo mes se pueda elaborar un informe de las zonas afectadas para poder solventar el problema “cuanto antes”. En concreto los asientos se sitúan en las plateas laterales y son todos aquellos dispuestos junto a las barandillas. Los daños afectan, en todos ellos, a la parte del asiento cuyo aspecto sugiere como si hubiese sido arrancado. En la Consejería desconocen la causa o suceso que desencadenó la situación actual de estas butacas, ni confirman que se adopten medidas de seguridad más firmes en el interior del auditorio para prevenir hechos similares.
Actualmente son dos los guardias de seguridad que se sitúan en el acceso al edificio, aunque no suelen transitar el interior de la sala ni los palcos. No obstante son las azafatas, como personal acreditado para estar en la sala, las que se encargan de velar para que se respeten las normas, tales como no poder comer ni beber en su interior.
Aforo reducido a 580 plazas
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Con estas casi 40 plazas menos el aforo se ve reducido a 580 plazas de las 621 butacas que dispone y, en concreto, de las pertenecientes a los 193 de los palcos. Con ello se han visto afectadas algunas obras de teatro que en los últimos meses han completado aforo y de las cuales los usuarios a través de las redes sociales solicitaban que se ampliara a otra sesión tras no haber podido conseguir una entrada. Obras tales como ‘La Jaula de los Grillos’ o la que próximamente llegará a la ciudad con Lola Herrera en cartel, ‘La velocidad del otoño’, que agotó las localidades el primer día de venta. 40 plazas que están reduciendo la oportunidad de asistir a un grueso de población y, a su vez, merman la capacidad de recaudación del propio teatro.