A veces, es bueno detener los pasos y contemplar el camino recorrido, acaso sea para tomar un poco de aire y reanudar la marcha, ahora con las fuerzas renovadas.
Durante los últimos 30 años, Acefep, la Asociación Salud Mental Ceuta, hemos dibujado una trayectoria en el tiempo; una línea hecha con la tinta de la ilusión y de la esperanza.
Hemos acumulado una experiencia y un conocimiento con el que intentamos proyectarnos al futuro, con el único objeto de lograr el bienestar de las personas con problemas de salud mental y el de sus familias. No es poco.
En ese tiempo ha habido escenas de gozo, y también de dolor, pues la vida siempre deja huella indeleble. Aunque al final, preferimos quedarnos con la recompensa de los rostros agradecidos.
Nuestras metas quedan en pie: procurar un lugar de encuentro, de emoción y de sanación. Si bien sabemos que no hay mayor batalla que la que se presenta en el día a día, que cada día tiene una luz distinta.
La vida tiene una ley no escrita, y es que siempre estamos en condiciones de volver a empezar, y así reza nuestro mensaje: el anuncio de un diagnóstico no es el fin, sino el comienzo de una historia de superación.
Acefep es el cruce de caminos de vidas parecidas, y así, unos y otros, unas y otras, compartimos nuestros consejos, para que la estrella del mañana nos oriente, y entonces arribar a las tierras de la plenitud, donde cada persona juega un papel y descubre su potencial. Todos somos útiles a la sociedad.
Nuestro lenguaje no permanece escondido, sino que está al pie de las calles de Ceuta, para aquel que lo quiera entender. Acefep existe para aquel que lo pueda necesitar, y más que un equipo, lo que verá es una familia de acogida, y sortear juntos los obstáculos que a buen seguro se darán.
30 años son pocos en la cuenta de las montañas y del océano celeste, pero es una edad madura para comprender el universo de la salud mental, allí hacia donde nos dirigimos.
Nuestra razón de ser es la inclusión del colectivo de las personas con problemas de salud mental, y para ello seguiremos trabajando en la toma de conciencia de la sociedad ceutí, con paciencia y con tesón, como la gota de agua que va horadando la piedra, los corazones distraídos. Al final, todas las personas somos necesarias para colegir la imagen de la inclusión pretendida.
Por lo demás, en lo que a mí respecta, seguiré comprometido con la energía que te da la determinación, con la fortaleza de quien defiende una causa justa, y quizá en agradecimiento a esos momentos cuando mis padres recibieron la ayuda de Acefep. Unos momentos cuando el único inventario de la asociación era una sala de juntas prestada, y nuestro patrimonio unas palabras de comprensión.
El Estado de Bienestar es el mejor artificio que alumbró la condición humana, y hemos de emplearnos para que no desfallezca, ya que solo bajo su signo podremos realizarnos como personas aquellos a quien el destino nos dejó en una situación de desventaja.
Por todo ello, gracias a todos y todas aquellos que algún día nos premiaron con sus buenos deseos, y con sus buenas obras.