El proyecto de velas WISAMO (Wing Sail Mobility), desarrollado para propulsar buques cargueros gracias al viento y reducir el gasto de combustible, prevé comercializar velas de 800 metros cuadrados a partir del 2026, lo que permitirá mejorar en la eficiencia energética del sector naviero.
El Puerto de Bilbao ha acogido la presentación de la vela de 100 metros cuadrados instalada hace unos meses en la cubierta del mercante MN Pélican de la Compagnie Maritime Nantaise, y que ha permitido al buque reducir su consumo energético al izar dicha vela y utilizar el viento en sus recorridos entre Bilbao y Poole, en Gran Bretaña, en las condiciones reales del Golfo de Vizcaya.
Este sistema de velas automatizado, telescópico e inflable desarrollado por Michelin se puede instalar en embarcaciones de recreo, si bien está especialmente diseñado para grandes buques cargueros portacontenedores, gaseros y petroleros con el objetivo de contribuir a la descarbonización del transporte marítimo.
El director del proyecto, Gildas Quemeneur, ha adelantado que su uso permitirá la reducción de entre el 20 y el 50 % del gasto de combustible de una embarcación y, por tanto, contribuir de forma positiva al medio ambiente, al reducir las emisiones de CO2.
El próximo hito de este proyecto será desarrollar un prototipo de 800 metros cuadrados, que se implantará en una plataforma en Vannes, al oeste de Francia, con el objetivo de que sea lanzada al mar en 2026.
Ese mismo año se entregarán a los armadores las primeras velas de esa envergadura y que "ayudarán al sector en su descarbonización", ha sentenciado Quemeneur.
Las primeras pruebas de este tipo de velas se hicieron en el velero de 13 metros de eslora del navegante Michel Desjoyeaux, y la experiencia y sus conclusiones ante diferentes condiciones de navegación han servido de base para el perfeccionamiento y la adaptación de la vela a otras de enormes dimensiones, con unos 800 metros cuadrados, diseñadas para facilitar la propulsión de grandes barcos.
“La energía más barata es la que no se consume”, ha constatado Desjoyeaux, para explicar el cambio que este proyecto va a representar en la eficiencia del sector, al facilitar “una navegación híbrida, a motor diesel y a vela”.
Según ha opinado, este prototipo supondrá “volver a navegar empleando el viento, como en el siglo XIX, pero con la tecnología más avanzada” del siglo XXI. Implicará, por tanto, volver a planear rutas de las navieras teniendo en cuenta el viento y permitirá a la tripulación activar la vela solo con dar un botón desde un teléfono o una tableta y en pocos minutos se despliega sola.
Se trata, por tanto, de usar el viento como fuente gratuita e inagotable de energía para reducir el consumo de carburante, si bien no se podrá usar en la totalidad de las rutas ni en todo el recorrido ya que no siempre las condiciones meteorológicas lo permiten y porque además, el sector de la navegación comercial trabaja con unos plazos fijos en sus rutas imposibles de garantizar sin el uso del motor de combustible.
El sistema podrá incorporarse en pequeñas embarcaciones de recreo, aunque realmente se ha diseñado para grandes petroleros, transporte de vehículos, gaseros o portacontenedores, que son los que más gases nocivos emiten y más combustible consumen.
La vela WISAMO se puede instalar en la mayoría de los buques que ya están en servicio, sólo requiere la colocación de los mástiles en la cubierta y, en caso de viento favorable, la vela se desplegaría telescópicamente de forma vertical.
Las velas desplegadas tendrán una altura enorme pero su mástil telescópico retráctil facilitará la llegada a los puertos, así como su paso por debajo de los puentes.
El navegante Michel Desjoyeaux ha aclarado que ya hay varias iniciativas que tratan de mejorar la eficiencia y la sostenibilidad del sector naviero, si bien el prototipo de WISAMO ha generado “gran expectación entre las navieras por el prestigio de la marca de Michelín, que está detrás”.