Dar vida a los libros como ejemplo que son de cultura. Reutilizar los que están tan deteriorados que su lectura era ya imposible. Ese ha sido el espíritu del taller que ha llevado a cabo el Centro de Realojo Temporal de La Esperanza, en Ceuta, y en el que han participado cinco jóvenes marroquíes.
Libros muy deteriorados que han sido transformados en máquinas de escribir, pianos o hasta en un pequeño pueblo lucen ahora en una exposición en la Biblioteca Adolfo Suárez. A otros se les ha aplicado la técnica del doblado para simular imágenes o leyendas y poder seguir leyéndolos.
Todos ellos fueron recogidos en el centro de Hadú porque sus dueños los iban a tirar. Fue aquí dónde se gestó esta idea evitando así que estas joyas terminaran donde nunca debieron estar, en la basura.
Monitores del centro de La Esperanza y cinco de los chicos marroquíes allí acogidos han cooperado durante meses en esta actividad.
Elia Campos, monitora ocupacional del centro, explica a FaroTV las técnicas que han seguido en un taller que califica de muy laborioso y en el que se ha trabajado al milímetro.
“Recogimos los libros en el centro y planteé a mi jefe hacer libros plegados con las cuatro técnicas: doblado; doblado y cortado; doblado, cortado y relleno, y luego los libros que se han hecho arte, que son aquellos con los que no se podía hacer otra cosa porque estaban manchados o les faltaban páginas… Con ellos hemos hecho máquinas de escribir, pianos, gramófonos, pueblos…”, detalla.
El resultado ha sido brillante. Se han conseguido auténticas joyas, porque en definitiva los libros son eso: joyas y tesoros por descubrir. En este objetivo que ha sorprendido a los monitores ha sido clave el trabajo desarrollado por los chicos.
“El resultado ha sido increíble, los niños han sido muy minuciosos con las medidas, con los cortes, con todo…”, apunta Campos.
El fin que se ha perseguido con este taller es que los participantes estuvieran entretenidos y relajados pero además ha servido para el fomento del castellano y sobre todo para aprender que de algo que en teoría se iba a tirar se puede sacar algo bonito.
Ayoub es uno de los chicos que ha participado en la actividad. Viendo el resultado confiesa su alegría por lo conseguido y agradece la implicación del centro que se ha convertido en su segunda casa.
“Estoy muy contento con el trabajo hecho en el taller, estamos aprendiendo y trabajando como equipo”, explica el joven, que muestra su agradecimiento a la dirección del centro y a Elia por esta labor de la que se sienten muy orgullosos.
Detrás de lo que se ve hay mucho trabajo. En preparar un libro, por ejemplo, han invertido hasta 17 horas. Paso a paso, detalle a detalle hasta darle una forma sorprendente.
Para disfrutar del resultado solo hay que acercarse a la ‘Adolfo Suárez’.
Menudos portentos... No dejan de asombrar al populacho... Que será lo próximo...?