El pelotón de buceo y navegación el Regimiento Nº7 de Ingenieros (RING-7) se conoce la costa de Ceuta como la palma de su mano. Allí es donde habitualmente trabaja y desde donde el Ejército de Tierra ha grabado un vídeo para hacer partícipe a la ciudadanía de la labor de este cuerpo, que entre sus misiones tiene el reconocimiento de costas.
El metraje comienza "a primera hora", cuando el pelotón se reúne "para ultimar los detalles de la práctica” del día.
Un momento de crucial importancia que en el momento de la grabación contaba con dos objetivos claros: ampliar la experiencia de los patrones de embarcación y la localización de material sensible en un cantil, una actividad que "permitirá optimizar tiempo y recursos cuando la misión sea real".
El cabo Berdún es el encargado de informar a los buceadores sobre los detalles de la inmersión: “Nuestro tiempo máximo de inmersión es de 23 minutos, en el cual tenemos un minuto de descenso y 1 minuto y 40 segundos de ascenso para hacerlo tranquilamente”.
Antes de salir realizan las comprobaciones previas de navegación y seguridad para garantizar que el equipo esté en buenas condiciones para la inmersión.
“Previo a la navegación miramos el parte meteorológico, tanto la altura de las olas como las condiciones climáticas de ese momento”, abunda el sargento Sivianes.
Este especifica a su vez que en todo caso dispondrán de material de seguridad: chalecos autohinchables para garantizar la flotabilidad ante posibles caídas de un miembro del equipo al agua.
Con todo listo el corto nos traslada al puerto deportivo, donde dará comienzo la práctica. Allí, el patrón pone en marcha la embarcación y atraviesa el Foso de San Felipe ("único navegable en España") y surca la bahía “recabando datos de puntos que sólo son accesibles por vía marítima”.
Ya de vuelta, comienza la segunda parte de la jornada. Toca ponerse el traje de neopreno y las aletas para recabar el mencionado material sensible del cantil, que podría ser un casco, un fusil, un dron o incluso un vehículo.
Para ello disponen también de cuchillo, guantes anticorte, reloj con profundímetro, gafas y plomo.
“En el caso de que la pareja de buceadores tenga un accidente el cual no puedan solventar, una de las personas que están buceando tiraría una boya de color rojo ”, cuenta el cabo Berdún sobre el supuesto en el que entraría en acción la “pareja de seguridad”.
Con el objetivo localizado, los submarinistas marcan con una boya de señalización el objeto para que otro equipo lo pueda reflotar más adelante.
Ha concluido la práctica y ahora el pelotón de buceo y navegación el Regimiento Nº7 de Ingenieros está un poco más preparado para enfrentar misiones reales.